Nada nuevo que decir sobre la prostitución que no se haya dicho ya. Simplemente reflejar otra de las consecuencias de esta austeridad impuesta: el aumento exponencial de la prostitución universitaria a medida que se va doblando el número de nuevos ricos y las cuentas de ingresos de los viejos ricos. Otra consecuencia más de la diferenciación que, hoy, en “nuestro Occidente”, se establece entre ricos y pobres.Pero no se debe olvidar que quién legitima con su voto a los decididores no es víctima, sino cooperador necesario.
Esta mañana un informe del Crédit Suisse, entidad financiera nada sospechosa de coquetear con el rojerío, advierte que España duplicará el número de millonarios de aquí al final de la crisis. Me han alegrado la mañana, los prestamistas suizos. Tendremos más ricos y menos pobres, ¿no?.
Pero por la tarde me entero de que la prostitución universitaria en nuestro país está creciendo exponencialmente, y se me pasa un poco el subidón, pues me imagino a todos estos nuevos ricos gozando en joven carne pobre y prostituida su nueva posición económica. Como vivo en Galicia he aprendido que la riqueza no se crea ni se destruye, solo cambia de bolsillo, lo digo por el cliente que ha robado previamente al ahora puto o puta que se le abren de piernas antes de poder disfrutar de sus servicios.
Por otro lado, los sensibles muchachos del Eurostat también han ido advirtiendo a los sucesivos gobiernos del trinque de que cada vez repartimos peor nuestros recursos, y de que ya somos el segundo país de la Eurozona con más desigualdades, solo superados por Letonia. Aunque siempre habrá para sufragar alguna que otra masacre de elephants. En fin, traduciendo al lenguaje de la calle: cada vez tenemos más millonarios y nuestros nuevos ricos, después de quitárnoslo todo, nos pretenden agüjerear el bull sin contemplaciones.
Además, leo en no sé qué periódico del régimen el testimonio de una chica que no podía acabar Derecho, porque sus papá, que votan por “fideles” al régimen establecido, habían perdido el trabajo, y se metió a puta. La chica cree que sus padres desconfían cuando es ella la que les manda dinero. Pero se inventa historias: clases particulares, camarera de bar… Como se inventa su esperanza de redención íntima: “Cuando termine la carrera, lo dejaré y conseguiré olvidarlo”. No, nena. No lo olvidarás. Cuando tengas hijos y les cambies los pañales, te jurarás a ti misma que ellos no vivirán nunca lo que has vivido tú, la esclavitud, en plan Scarlett O´Hara. Y si llegan a correr algún riesgo, te volverás la más grande hija de puta con tal de salvarlos, pisotearás a quien sea por evitarles tu suerte, y te habrás convertido en alguien más parecido a tus clientes de entonces que a ti misma. Olvídate de olvidar. Y es que, tus papás doblaron la testuz cuando deberían haber gritado.
Es mentira que la pobreza y la esclavitud nos hagan más humanos, más humildes, más santos, como pregonan los católicos, que no los cristianos. La pobreza y la esclavitud nos desarrollan un feroz instinto de supervivencia, depredador, desalmado. El pobre esclavo solo sueña en convertirse en rico esclavista. Y follarse en plan salvaje a la hija del capataz. La pobreza y la esclavitud nos trasforman el sentimiento en resentimiento. No conozco a ningún hambriento incapaz de robarle a otro hambriento su mendrugo de pan. En eso los hambrientos son exactamente iguales a los ricos. Solo hay que observar a los dueños de las grandes cadenas alimentarias, indiferentes cuando gastan dinero en seguratas para evitar que los mendigos recojan alimentos desechados de los contenedores de su supermercado. Dan mala imagen. Estos ricos son fulanos capaces de robarle el tarugo de pan al hambriento para tirarlo a la basura, en resumen. No seais gilipollas.
Como tenía la tarde suave llamo al asesor y protector de prostitutas, para enterarme de si es verdad esto de las universitarias. -Pues sí, me dice casi partiéndose el culo de la risa: Universitarias y de todos los sectores. Nos llaman para asesorarse sobre cómo se empieza a trabajar en esto. Qué tienen que hacer.
-¿Y qué les decís?. Fffff… Que para dedicarse a esto hay que valer. Que tienes que estar muy segura o seguro de tu sexualidad… Para la prostitución no vale todo el mundo, como no todo el mundo vale para trabajar en una alcantarilla o en una carnicería. Cuelgo con las dos metáforas supurándome semen al oído. No todo el mundo vale para trabajar en las alcantarillas de la propia dignidad, para trocear vísceras en la carnicería humana sin ser el carnicero.
C.