Desde 2017 la utilización
de anticonceptivos orales ha bajado en todo el mundo, mientras que otros
métodos anticonceptivos, como la esterilización femenina, los dispositivos
intrauterinos y los implantes anticonceptivos se generalizaron. Un
estudio de la Universidad de Copenhague descubrió que las mujeres danesas, que
usaban anticoncepción hormonal tenían más probabilidades de recibir
antidepresivos. En un estudio presentado en la reunión anual de 2019 de la
Sociedad Radiológica de América del Norte, se descubrió que las mujeres que
toman una píldora combinada que contiene progestina y estrógeno tienen un
volumen de hipotálamo más pequeño. Los estados de ánimo depresivos son un
posible efecto secundario para todos los métodos anticonceptivos hormonales. Todos
los estudios realizados concluyen que el 62.9% de las mujeres que dejaron de
usar anticonceptivos orales lo hicieron debido a los efectos secundarios
incluidos la disminución de la libido, náuseas,
migrañas, aumento de peso y cambios de humor incluida la depresión.