Porque hay cosas que nunca se olvidan

Publicado el 22 enero 2011 por Babel

Un pueblo italiano, en los años 50. Cuatro chavales juegan al futbol. El balón se cuela en el patio de una anciana vecina. La anciana les pincha el balón y los chavales traman venganza.

Más de 300 premios en festivales de todo el mundo, desde Suazilandia, Bermudas, Texas, Macedonia, Rumania, Italia, Zaragoza, Medina del Campo o Aguilar de Campoo. Lucas Figueroa, de origen argentino pero afincado en Madrid, ha conseguido inscribir su trabajo en el Libro Guiness de los Récords como el corto más premiado de la historia del cine. Ahora anda preparando su primer largometraje. Estaremos muy pendientes.