Dos ensayos controlados aleatorios de alta calidad realizados
en el Reino Unido y Finlandia no encontraron
evidencia de alta calidad que compruebe que la descompresión subacromial mejore
el dolor, el movimiento o la calidad de vida. El uso de esta cirugía que no
funciona puede aumentar con el tiempo, identificar estos procedimientos temprano
es fundamental para el bienestar físico y económico del paciente. Otro ejemplo
es el uso de stents para abrir arterias estrechas para tratar el dolor en el
pecho (angina). Un estudio reciente controlado con placebo no encontró
diferencias en los resultados del dolor de angina entre la inserción de un
stent y el uso de medicamentos estándar. Igualmente comprobaron los nuevos
estudios que la cirugía de ojo de cerradura para limpiar la articulación de la
rodilla, no tiene evidencia de efectividad para justificar el gasto. Dados los
recursos limitados y el riesgo potencial para los pacientes, los médicos solo
debemos recomendar procedimientos quirúrgicos respaldados por evidencia.
Necesitamos ensayos más sólidos para evaluar la cirugía donde actualmente no
hay evidencia suficiente. Es necesario lograr un equilibrio entre apoyar la
innovación y prevenir tratamientos innecesarios. Los servicios de salud deben
desarrollar procesos que respalden este equilibrio, para reducir el daño a los
pacientes y obtener el máximo beneficio de salud.