A raíz de un sangriento incendio en 1911, que se cobró la vida de ciento cuarenta y seis mujeres jóvenes inmigrantes, de origen judío e italiano, que se ganaban precariamente la vida en un taller textil de Nueva York. La causa de las mujeres y de los trabajadores en general comenzó a fraguarse por cuanto la tragedia conmocionó a la opinión pública y las leyes estadounidenses comenzaron a recoger