Un nuevo estudio de la Universidad de Michigan
(EE UU) que se publicara en la revista Cell
Reports revela que una proteína llamada
Bcl10 es necesaria para que los ácidos grasos libres, que se encuentran en las
comidas con elevado contenido de grasa y se almacenan en los adipocitos del
cuerpo, obstruyan la acción de la insulina y alcancen niveles anormalmente
elevados de azúcar en la sangre. El trabajo muestra cómo los cambios de
muy corto plazo en la dieta, como por ejemplo ingerir comidas con alto
contenido graso por unos pocos días, y aún menos quizá, puede inducir un estado
de resistencia a la insulina.La
resistencia a la insulina puede ocurrir como parte del síndrome metabólico, un
conjunto de condiciones que incrementa el riesgo de desarrollar la diabetes
tipo 2 y enfermedades cardiacas.Los investigadores
comenzaron estudiando la forma en que los ácidos grasos libres inducen la
inflamación y obstruyen la acción de la insulina en el hígado. En el hígado los
ácidos grasos libres son metabolizados y producen diacilgliceroles antes de
inducir la respuesta inflamatoria. Los diacilgliceroles también activan el
factor NF-kB, que se ha vinculado con el cáncer y las enfermedades metabólicas
y vasculares. El equipo investigador comprobó que hace falta la Bcl10 para que
los ácidos grasos induzcan la inflamación y la resistencia a la insulina. De
hecho, en el estudio los ratones con deficiencia de Bcl10 mostraron una mejoría
significativa en la regulación del azúcar en la sangre. Según los científicos, este es un ejemplo de cómo, en ocasiones,
la naturaleza se apropia de un mecanismo fundamental para el sistema de
inmunidad y lo usa en un órgano metabólico, en este caso el hígado.