Un estudio de la Universidad de California en Irvine y el Instituto
de Investigación en Biomedicina en Barcelona, España publicado en la revista Cell , utilizo ratones para analizar la
red de relojes internos que regulan el metabolismo. Los investigadores sospechaban
que los diversos relojes circadianos del cuerpo podían operar independientemente
del reloj central en el hipotálamo del cerebro, pero no había forma de probar la
teoría. Para superar ese obstáculo, los científicos descubrieron cómo
deshabilitar todo el sistema circadiano de los ratones y luego iniciar los
relojes individualmente. A pesar del cierre de todos los relojes corporales,
incluido el reloj central del cerebro, el hígado respondió a los cambios de luz
cuando el día cambiaba a la noche y mantenía funciones, como prepararse para
digerir los alimentos a la hora de la comida y convertirlos en glucosa . Sólo
cuando los ratones fueron sometidos a una oscuridad constante, el reloj del
hígado dejó de funcionar. Los relojes circadianos pueden reconfigurarse debido a
la falta de sueño, la dieta y el ejercicio. La exposición a la luz de la
computadora, la televisión o el teléfono celular antes de acostarse puede alterar o confundir los relojes internos y esto a su vez, puede
provocar depresión, alergias, envejecimiento prematuro, cáncer y otros
problemas de salud. Otros experimentos con ratones podrían descubrir formas de
hacer que los relojes internos humanos estén menos desalineados.