Varios estudios comprueban
esta afirmación, el primer estudio publicado en ‘The Lancet’ encontró que los refrescos
aumenta, hasta por seis, el riesgo de padecer obesidad, ya que el índice de masa corporal (IMC) aumenta
por cada ración de este tipo de bebidas que consumen los niños. Otro estudio
publicado The Journal of the American Medical Association’ realizado por la
Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard evidencio que el consumo
de bebidas gaseosas azucaradas son causantes del aumento brusco de la diabetes
y la obesidad en Estados Unidos, por causar cambios bioquímicos,en la secreción
de la hormona insulina, que lleva rápidamente a un aumento de peso. El estudio
publicado en ‘Circulation’, la revista de la Asociación Americana del
Corazón, encontró un 25% más de probabilidades de tener altos niveles
de azúcar en la sangre y un 32% más de tener bajos niveles del colesterol
‘bueno’. El estudio también revela que las mujeres que beben bebidas
azucaradas tienen un 40% más de riesgo de sufrir ataques al corazón o
muerte por enfermedad Cardiovascular. Así mismo un grupo de investigadores de Vancouver
(Canadá), asocio el consumo de bebidas
gaseosas con el desarrollo de gota ya que presentan un elevado contenido de
fructosa, el único carbohidrato que incrementa los niveles de ácido úrico. Un gran numero de estudios además comprobaron que los refrescos por contener cafeína
debilitan los dientes y los huesos y el ácido fosfórico no permite la adecuada
absorción de calcio en el organismo, provocando fracturas, y osteoporosis. La
combinación de este ácido con azúcar refinada y fructuosa dificulta la
absorción de hierro, lo que puede generar anemia y mayor facilidad para
contraer infecciones, principalmente en niños, ancianos y mujeres embarazadas.
Además, los ácidos de estos refrescos afectan el esmalte dental, provocando su
erosión. Los efectos de los refrescos son iguales ya sean light o no.