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Probablemente, el Porsche 911 tiene una de las siluetas más identificables en el mundo del motor. Esas luces verticales que fluyen hasta el pilar A de la carrocería le confiere una linea suave hasta llegar a la parte trasera donde encontramos la clásica "cola de ballena". Un 911 no lo es sin este look, bueno, excepto si se trata de un Porsche 911 Turbo 3.3 Flatnose con chasis 930...
El Porsche 911 Turbo 3.3 Flatnose es uno de los 911 más míticos y a la vez más raros...
Chasis tipo 930, un motor en la parte trasera de 6 cilindros horizontalmente opuestos que cubican 3.299 cc, un solo árbol de levas por culata, un único turbo y el detalle más característico de Porsche: Refrigerado por aire. Si lees estas palabras y no se te ponen los pelos de punta, más vale que compres cualquier coche nuevo que no te provoque ninguna sensación, porque probablemente no estés hecho para este mundillo.
Durante el Espíritu de Montjuic, a parte de fotografiar 200 coches clásicos en pista, tuve la oportunidad de toparme con el que, para mi, es uno de los Porsche más bonitos jamás fabricados. Los puristas me catalogarán de hereje o algo peor, porque para ellos, este frontal no posee el legado que Porsche tiene en sus coches de calle desde el año 1948 con su fabuloso 356.
No les quito la razón, pero pensar una cosa, solo se fabricaron 236, de los cuales a saber cuantos quedan circulando. Por otro lado es un pedacito de la historia del motorsport, ya que este frontal fue el utilizado por el Porsche 934 y 935 de competición.
La idea surgió de Mansour Ojjeh, propietario de TAG, la escudería de Formula 1 hermanada con Porsche. Animó a la marca de Stuttgart a trabajar sobre un 911 turbo con el frontal del 935, y por ello, la primera unidad fue suya. Suspensión rebajada, llantas BBS Monotuerca y una preparación en el bloque que le permitía llegar hasta los 380cv y hacer el 0-100km/h en 5 segundos partiendo de un bloque 3.0 Turbo.
Posteriormente Porsche utilizó para el 911 Turbo 3.3 Flatnose un propulsor de 3.3 litros con relación de compresión 7.0:1 y un turbo soplando a 0.75 bar del que obtenían 300cv al freno. Transmisión manual de 4 velocidades, suspensión independiente delante y detrás y un sistema de discos de freno ventilado y rallados.
Sin duda puedo afirmar que estuve ante uno de los coches clásicos más bonitos y más impactantes que he visto hasta la fecha. No solo es por ser un Porsche 911 Turbo 3.3 Flatnose, sino por todo lo que representa, la herencia del motorsport que tiene y por las pocas unidades que a día de hoy se conservan de la versión 930. Un trozo de historia que quizás no conocías... ¿O si? ¿Sabes algún detalle más acerca de este modelo? ¡Coméntalo aquí abajo!