IAfloran las rocas.
La mar quedó debajo, y las avesse posan en las puntas y cortes de mi almarina...Tras su máscara venecianaun taimado Zarapito me mira de reojomientras hinca su pico a peces prisioneros en los charcos...
Murmullos de tambores, y de aguassemejan el eco de los pasos de ancestros que me hacen compañíaenvueltos en un vaho cargado de salitre...
La silenciosa luz se fuga temerosa; ella sabe que estar presentela convierte en mudo testigo de olas marchitasy de falsas treguas en la furia que presagia su retorno...
IIA todos los que no alcanzaron la otra orilla.
Espejo de marco inasible;en tu honduraduerme su siesta El Silencio...
Déjame habitarteen una pretensión abisal de lejanía...
IIIEntre las dos orillas.
Desde el tripe gris de la mañana se acerca en vuelo mi gaviotade madera y paños…y se posa sobre el cristal plata que el aire comba…
Un ala enhiesta del aveanhela El Cielo…;Un ala, rota, quiere surcar la hondura…
Aún se aprecian el Jade, las Turquesas,los Ópalos del Caribe...
... aún persiste la Sangre o el Rubí: las Sombras de rojo en el espejo...
Hacia la quietud de esta MarinaMi Alma parte…,y también se queda…
... porque Mis Silencios se pierden en la mar;y el inútil cuello torcido hacia la línea...y la bruma del recuerdose disuelven por fin en el horizonte...
... y es que sueño un sueño prestado, el de alguien que se queda sin orillas...
IVDespertar indecente
en alguna arena lejana que solo vieraen una hoja de cualquier revista que otro compró y que ahorareposa en la basura...
el agua me moja los pies, dispuestos de una forma extraña...:no, si ese no soy yo¿acaso alimento pájaros ahora...?
intento alzarme,pero alguien me cubre hasta el rostro y me siento flotar en el espacio que engulle el salitre...
me voy volando, no recuerdo cómo he llegado;hay cosas que se extravían a la primeraque se montan como ávido jinete al primer olvido que pasa,indecente...
V¿Mis Sueños con escamas,o acaso soy Jonás en el vientre de la ballena...?pongo Proa al Sur, al Gris oscuro...
Mi destino de navegantese decidió en tierra;en una Isla de Fronterasdonde Nacer injerta branquiasa la espera del Ansia resuelta...
“La Cruz del Sur” es sólo una metáfora astronómica;Al Sur hay otra Isla que comparto para siempre con los peces...
VIHoy se encuentran las cifras, las palabras
justo para decir nada ¿silencio?¿cuál es la cifra del silencio?...
Qué más da, pudiera preguntar?
¿Cuál es la cifra que resulta de sumar oscuridades y relámpagos?
¿Para qué, pudiera preguntar?:
¿para contraste, para papel en blanco,para que tantos puntos en una sola línea tracen un surco de ideas inasibles, apenas dibujadas...?
¿Imágenes a medias en el espejo?...:
disfruto el desafío...---
(Poemas, Autor: Víctor José Guindo Singh)