Portugal parte I: Oporto

Por Rosamarna Rosa Meana Marques
Estamos en pleno Marzo y aún es pronto para decidir nuestro destino vacacional, pero si os apetece una recomendación, os voy a proponer un destino cercano, lleno de rincones especiales, con una gastronomía maravillosa y que además, está a la vuelta de la esquina: Portugal. 
Este post te hará querer visitar el país luso porque es sencillamente un lugar perfecto para recorrer y disfrutar cada uno de sus parajes.
Pero si os parece os voy a resumir mis estancias en Portugal en tres partes: Oporto, centro de Portugal y Algarve. Tres lugares en los que os contaré curiosidades, anécdotas, costumbres y todo lo que se me vaya ocurriendo.
Aún me quedan muchos lugares por visitar y conociendo un poco el país, estaré encantada de volver y disfrutar de nuestro querido país vecino.
Oporto
Es la segunda ciudad más importante de Portugal, después de Lisboa. Su aire bohemio por excelencia te transporta en el tiempo, y ahí radica su mayor encanto. Si te gustan las ciudades viejas y decadentes, este va a ser tu destino preferido. Pero no me entendáis mal, es un lugar para recorrer a pie, descubrir sus estrechas callejuelas, montar en tranvía, degustar cualquiera de sus platos típicos, pasear por el barrio de Matosinhos, cenar en la "ribeira" al lado del puente Luis I, escuchar sus fados tristes y melancólicos, hacer una cata de vinos en sus famosas bodegas, y muchas muchas cosas más.
En realidad está aquí al lado y es el destino perfecto si te apetece pasar un fin de semana o incluso algún día más. Declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco es una ciudad que nos asombra cada esquina que recorremos... ¿Me acompañas en este viaje? Sin duda, no os defraudará. 
















Sus gentesson de lo más hospitalarias y te ayudarán en todo lo que puedan. No esperes que hablen ingles o español, casi todos saben alguna palabra suelta pero su idioma es el portugués. No te preocupes, te hablarán despacio y entenderás casi todo lo que te cuenten. En general, el portugués es muy afable, humilde y educado.
En cuanto al alojamiento, las posibilidades que te ofrece internet son infinitas. Hay muchísimas opciones y seguro que encuentras la que más se adapte a tu medida. Yo te recomiendo que alquiles un apartamento porque te va a salir más barato que si te quedas en un hotel y así podrás disfrutar de los mejores consejos de los lugareños. Hazles caso, están muy orgullosos de su ciudad que conocen de palmo a palmo y te darán los mejores consejos sobre qué te apetece visitar. Además, estarás como en tu propia casa, tendrás libertad de movimiento para entrar y salir cuando quieras y para comer algo rápido si lo necesitas.  
Para moverte por la ciudad hay una compleja red de transportes como en cualquier ciudad: autobuses, tranvías modernos y tranvías turísticos. Lo ideal es que te calces unas buenas zapatillas y recorras sus calles a pie. Eso sí, te van a doler bastante las piernas porque Oporto está llena de calles que suben y bajan así que de paso que haces turismo, ¡¡¡harás deporte!!!. No es lo mismo recorrer una ciudad en el bus turístico que perderte y descubrir lugares que también tienen su encanto. 
Su gastronomía es excepcional. Sus pescados frescos están incluidos en todas las cartas de sus restaurantes, pero el que sin duda no te puedes perder es el bacalao, que puedes encontrarlo preparado de distintas formas. La francesinha es otro de los platos típicos: es un sándwich que lleva jamón york, queso, salchicha, salchichón, huevo... y algún ingrediente más pero eso sí, quizá después tengas que pedir una manzanilla porque es una bomba calórica así que ¡¡¡avisados estáis!!! También podéis encontrar sopas, tripas a moda de oporto (que es un guiso a base de tripas), sardinas asadas, mejillones, etc. y de postre pasteis de nata, que son unos pasteles de hojaldre rellenos de crema ¡¡¡que están buenísimos!!! aunque no son originales de esta ciudad, pero podréis encontrarlos en cualquier pastelería. 
Ten cuidado con los aperitivos, en muchos restaurantes te pueden poner unos platos pequeños con mantequilla y pan, pulpo, paté de sardinas, etc. que si consumes te lo cobran aparte. Si no quieres incrementar la cuenta, indícale al camarero que no los quieres.
En general los precios son menos elevados que aquí. Eso sí, ten cuidado donde te metes y sobre todo, lee antes las cartas antes de pedir las consumiciones. No te metas en los restaurantes turísticos, quieren hacer caja como en todos los lugares; es mejor entrar en  tascas de toda la vida donde puedes pagar 0,80 € por un café o medio litro de cerveza por 1,50 €. 
Acuérdate de probar un buen vino de oporto; te recomiendo que primero vayas a cualquiera de las bodegas que hay al lado del Duero donde te hacen un recorrido por sus instalaciones (en portugués, ingles o español) y además te explicarán la historia de este famoso vino. Al finalizar la visita, te ofrecen dos tipos de vino de oporto. Son vinos fuertes, de alta graduación y precisamente se sirven en copas pequeñas para degustar a sorbitos.  Si vas a comer o cenar, te recomiendo un vino verde, más suave y más idóneo para maridar con algún pescado o carne blanca.
En Portugal, el café es casi una religión. Lo normal es que tomen de tres a cuatro tazas por día, y no son precisamente suaves; se trata de café solo muy cargado, no tiene nada que ver con los cafes de aquí.
Eso si, no esperes que los horarios sean los mismos que los de los españoles. Allí a las 12 del mediodía ya tienen puestos los manteles y los camareros te rondan para que te sientes a comer, y para las cenas es ideal que vayas pensando en empezar sobre las 8 de la tarde. Se parecen más a los británicos o a los alemanes que a nosotros. 
Si te gusta la cultura y la arquitectura, en esta ciudad tienes una buena representación de las mismas: la Iglesia de San Idelfonso, el Palacio de la Bolsa, la Torre de clérigos, la librería Lello, el puente Don Luis I, la catedral de Oporto, la estación de tren Sao Bento, el mercado de Bollao, la Casa de la Música o el Palacio de Cristal.  Si lo tuyo es más perderte por las calles y caminar, te aseguro que esta ciudad sorprende en cada una de sus rincones y si lo que te apetece es ver ambiente, el paseo por la Ribeira es el lugar más animado donde puedes comer, beber o escuchar fado. 
Puedes aprovechar también este paseo para comprar alguno de los souvenirs típicos de esta ciudad: loza y cerámica, vino, objetos de corcho, joyas de plata y oro, azulejos y menaje del hogar. Fijaros de la que camináis que muchas casas decoran sus terrazas con azulejos vistos, lo que ahora está tan de moda: el azulejo hidráulico, y que ellos llevan usándolo cientos de años. 
El clima es muy bueno casi durante todo el año. La peor época es otoño porque tienes más probabilidades que llueva, en verano la temperatura es espectacular. Nosotros fuimos en Abril y sólo llevábamos una sudadera encima, estaba muy agradable.  
Portugal tiene un sistema de peajes que parece muy complejo pero que es facilísimo de usar. Según entras en el país, hay unas cabinas automáticas en las que introduces tu tarjeta de crédito, la máquina te identifica la matrícula con ese número de tarjeta y puedes viajar tranquilamente por todas sus carreteras. Son precios razonables y así evitarás encontrarte con una desagradable sorpresa cuando abras tu buzón. Eso sí, mira primero por donde vas a entrar, no todas las autopistas tienen estos easytolls. 
Muy importante: acuérdate de llevar la tarjeta sanitaria para cualquier emergencia de salud, sin ellas pueden no querer atenderte en la sanidad pública. Otra cosa, lleva el pasaporte o DNI actualizado, con cualquiera puedes entrar en el país vecino sin problema. 
Y sin más, me despido esperando que os hayan gustado estas recomendaciones; que os dejéis llevar por esta romántica ciudad y que te lleves tan buena impresión como la mía.
¡¡Como dicen en Portugal, cuántas "saudades" Oporto!!¡¡¡Hasta siempre viajeros!!!