Seguro que os suenan estos dos términos: postboda y Trash the dress. Pero la pregunta del millón es, ¿es lo mismo? Cada vez tendemos más a utilizar palabras en inglés porque suenan mejor o nos hacen parecer más interesting, you know what I mean? No os preocupéis, hoy os explicamos las diferencias entre estas dos expresiones y os contamos los pros y los contras de contratar cualquiera de estos servicios.
La diferencia entre preboda y postboda está clara. La sesión preboda se hace antes de la boda y tiene como objetivo que la pareja de novios se familiarice con el/los fotógrafos de su boda y viceversa, que se conozcan y así se eliminen parte de los nervios del día de la boda para que puedan posar más relajados y disfruten del reportaje. Suele hacerse vestidos de calle, en el centro de la ciudad o en zonas más rurales. La opción más elegida es esta última, porque no tendréis tanto público y podréis estar más tranquilos sin ser el centro de atención.
La postboda es la ocasión de volver a ponerte el vestido de novia y el traje de novio, es la oportunidad de posar hasta el infinito, porque no tendréis prisa, el momento en el que podéis dar rienda suelta a vuestra imaginación y realizar los posados más locos o más atrevidos. Tanto el fotógrafo como los novios disfrutaréis mucho más porque no estaréis sometidos a ninguna presión, podéis tomaros todo el tiempo del mundo, elegir lugares y momentos del día que ofrezcan mejor luz…
La única pega que le veo: la pereza de volver a prepararse. Porque aunque digamos que el día de la boda pasa muy rápido, que ojalá durara más y que nos encantaría volver a vestirnos de novia (y novio), nos da pereza.
Otro aspecto positivo es que si superamos la vagancia, ya no hace falta que nos peinemos exactamente igual que el día de nuestra boda. Aquí vale todo, podemos llevar el pelo suelto, el recogido por el cual finalmente no nos decidimos, probar un maquillaje más cañero…
También existe la posibilidad de realizar el reportaje postboda vestidos de calle, seguro que muchas parejas prefieren pasar desapercibidas y realizar una sesión más discreta. Lo importante es que los novios se sientan cómodos, cuanto más disfruten de la sesión fotográfica, mejores serán las fotografías.
Y aquí es cuando os hablo del Trash the dress. Esta expresión viene a significar algo así como a la basura con el vestido, consiste en que la novia se despreocupe y haga lo que no pudo hacer el día de su boda, saltar, bañarse en el mar, tirarse al suelo, pintar e incluso romper su vestido. Es un tipo de fotografía más artística, se suelen elegir escenarios que contrastan con la elegencia y la delicadeza del vestido de novia. De nuevo la novia y su vestido tienen más protagonismo que el pobre novio en esta sesión.
A mí personalmente me gustan mucho las sesiones Trash the dress, quedan unas fotografías espectaculares, pero no creo que llegara al extremo de desgarrar o estropear mi vestido de novia con el dineral que cuestan. ¿Estaré muy chapada a la antigua?
Y en vuestro caso, ¿qué hicistéis o qué haréis con vuestro vestido de novia? ¿Os animaríais a hacer una sesión postboda? ¿Y un Trash the dress? ¡Contádnos!
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