Es por ello por lo que me mantengo enormemente unida a mi tierra, a Málaga, no sólo por mi memoria, sino probablemente a través de la herencia adquirida a través de mis mayores. Y siempre, en contacto con el mar, con la mar como a mí me gusta llamarla.
Peco en demasía a la hora de escribir éste blog, al introducir mayormente las recetas tradicionales malagueñas, de expresiones que a priori pueden parecer que están basadas en añoranzas y recuerdos de épocas vividas, echando de menos épocas pasadas. Y debo decir que no es así, no hay tristeza en mis escritos, hay mucho cariño intentando reivindicar ésa memoria, casi histórica, de otros tiempos que no quiero olvidar.
Sí, aunque ocurrió hace ya cerca de 60 años, recuerdo a mi abuela materna perfectamente, preparar los potajes, cuyo único secreto era la materia prima y la paciencia de una cocción lenta en aquel viejo fogón de carbón, ayudándose del rústico soplillo de esparto para avivar el cálido fuego que tan sabrosos platos alimentaron durante años a su familia.
Aquellos potajes, verdaderos tesoros que en “Mi Cocina” intento conservar y que no queden sólo en mi memoria, que no se olviden y publicándolos en el blog poderlos transmitir a las siguientes generaciones, como me imagino ocurriría de generación en generación antiguamente, cuando ni tan siquiera podían escribir las recetas.
Fueron aquellos platos contundentes, tradicionales, sustento de épocas duras y difíciles, imprescindibles incluso en los meses calurosos, primeros platos para todos los días del año, junto con cazuelas y pucheros. (Aquí pueden encontrar 188 RECETAS de primeros platos)
Potajes donde las legumbres ya fuesen lentejas, habichuelas blancas y garbanzos cobraban protagonismo.
De hecho, el garbanzo es una de las legumbres secas más apreciadas, su origen una vez más, como en muchos de los productos que hoy en día consumimos, se pierde en una nebulosa milenaria. Los egipcios ya lo cultivaban en sus huertos y también estuvo presente en los jardines de la mítica Babilonia, aunque se considera oriundo de los países de Asia Occidental (es en India y Pakistan donde se da un 90% de la producción mundial) de donde llegó a nuestro país gracias a los cartagineses.
Hoy con unos tiernos y blancos garbanzos de nuestra Andalucia, unos “castellanos”…¿O debo llamarlos como antaño: garbanzas? y media jibia de dos kilos de peso, he preparado éste tradicional potaje tan tradicional de las provincias, tanto malagueña como gaditana, donde es en ésta última, en la zona colindante a la provincia de Málaga, añadiéndole chorizo y manteca de cerdo, se convierte en el tradicional “menudillo gaditano”, pero al que no le puede faltar ése maravilloso cefalópodo que tanto me gusta: la jibia (choco, chopo, sepia…..).
Como es habitual, casi cada semana desde el puesto de Antonio del Mercado de Huelin, llega una hermosísima jibia a Mi Cocina, casi, casi viva…de dos kilos de peso. Ella me hace disfrutar de múltiples formas a la hora de degustarla (les animo a poner la palabra en el buscador del blog y les garantizo que se sorprenderán; dos kilos dan para mucho, y hoy con media jibia he preparado éste reconfortante potaje de garbanzos ¿Lo probarán?
¿Cómo lo hice?
Ingredientes para 4 personas:
Un kilo de jibia (una vez limpia y cortada en trozos), 400 grmos.de garbanzos (tengan en cuenta que al remojarlos casi triplican su volumen), una cebolla blanca grande (tipo cebolleta), un pimiento verde, un tomate maduro, una hoja de laurel, una cabeza de ajos, 4 clavos de olor, 6 pimientas negras, 2 cucharadas soperas de pimentón dulce (pimiento molido), medio vaso de aceite de oliva virgen extra, una cucharada pequeña de colorante alimentario, sal, un litro y medio de agua, 4 ramitas de hierbabuena.
Los pasos a seguir:
El dia anterior al guiso echar los garbanzos en remojo, en un cazo con agua y un poco de sal (suelo dejarlo unas ocho horas).
Trocear la jibia (personalmente me gusta hacer los trozos cuadrados y de buen tamaño, tal y como se puede apreciar en las fotos).
Asar la cabeza de ajos (incluso se puede hacer en vitro cerámica).
En una cacerola echar los garbanzos una vez escurridos y enjuagados, el tomate cortado por la mitad, el pimiento igualmente cortado por la mitad (desechando las semillas), la cebolla, la cabeza de ajos asada y llevar a ebullición. Espumerear.
Añadir el aceite, los trozos de jibia, el laurel, los granos de pimienta negra, los clavos, el pimentón y el colorante alimentario, salando al gusto y dejándolo cocer a fuego lento aproximadamente una hora.
A media cocción sacar con un cucharón el tomate, el pimiento y la cebolla pasándola por la minipimer con un poco de caldo de forma que quede lo más fino posible.
Volver a incorporarlo a la cacerola pasándolo por un colador (eliminaremos semillas y trocitos de piel de la verdura).
Comprobar si están tiernos los garbanzos, si fuese necesario añadir más agua tiene que estar caliente. (Si gustan darle ése “toque” gaditano, en éste momento pueden añadir un chorizo previamente troceado).
Una vez los garbanzos tiernos, probar de sal y retirar del fuego. Servir con una ramita de hierbabuena.
¡¡ Sólo queda disfrutar de un tradicional guiso, de un potaje de garbanzos con jibia…..un plato marengo, malagueño, que no falta en Mi Cocina !!