Pottermore: la vida en Hogwarts

Por Eltiramilla

Adiós, vida social y académica. Hola, Hogwarts.

Una vez hayamos recibido el correo de bienvenida al juego y hayamos dicho adiós a las minucias de la vida y estemos algo más calmados, será el momento de ingresar en Pottermore de una vez por todas. Al principio no tenemos ni avatar, ni casa, ni varita, ni nada; de hecho, la mayoría de las opciones se encuentran cerradas y sólo se irán abriendo según avancemos con la historia. No os preocupéis si os sentís algo perdidos durante el primer capítulo, porque Pottermore explica muy bien cómo funciona todo: a la izquierda de la interfaz veremos unos carteles; si pinchamos sobre ellos podremos leer acerca de los personajes, lugares, criaturas o hechizos que aparecen en esa parte de la historia (como si de una enciclopedia o diccionario oficial se tratase); y si vemos una pluma sobre uno de ellos, significará que podremos leer material inédito.

Aunque en un primer lugar la exploración de los capítulos puede sonar algo aburrida, la combinación de las preciosas ilustraciones (todas supervisadas por Rowling), más los objetos y detalles que hay por descubrir, hace que valga la pena pasar un tiempo extra en una misma escena. Y si buscamos más interactividad, siempre tenemos las pociones y los duelos. Claro que los últimos aún no están abiertos, y por el momento sólo podemos practicar hechizos (que iremos sumando según encontremos los libros pertinentes) por nosotros mismos. Ésta es la razón por la que por ahora la única forma de ganar puntos sea a través de las pociones; pociones que, importante, tardan en prepararse una media de 80 minutos con el primer caldero que compremos en nuestra visita al callejón Diagon. Visto lo visto, más de un nuevo alumno odiará a Snape este año.

Pero sin duda alguna, los momentos que más esperan los potterheads no son ni las pociones ni los duelos, sino cuando Ollivander nos dé nuestra varita y, sobre todo, cuando el Sombrero Seleccionador nos coloque en una casa. En la primera de esas dos escenas se nos formula una serie de cuestiones acerca de nuestra apariencia (estatura, color de ojos, etc.) y personalidad para conocer qué varita se adapta mejor a nuestras necesidades. La segunda es, cómo no, la parte estrella, donde por fin podremos saber a qué casa de Hogwarts pertenecemos, todo a través de un test preparado por la mismísima Rowling. Tras mucho cavilar las respuestas, el Sombrero anunciará nuestra casa y nos ofrecerá un poco de información sobre ella. A partir de entonces, los colores de la interfaz cambiarán y se nos abrirá nuestra Sala Común para interactuar con el resto de nuestros compañeros.

Otro tema básico es el de las amistades. Con el buscador resulta muy fácil encontrar a tus amigos, siempre y cuando sepas su nombre de usuario. También es posible añadirles apodos, enviarles regalos (pociones, ingredientes y otras tonterías que nos encontremos en el camino) y retarles a duelo. Además, en todo momento podemos saber cuál es su progreso, los puntos que llevan acumulados para su casa y sus últimas acciones.

En general, Pottermore me está pareciendo una experiencia muy agradable, aunque hay aspectos que arreglaría: aparte de los típicos fallos, como que el otro día cociera bien una poción y se les olvidara añadirme mis cinco puntos, o las erratas, creo que un poco de música o efectos sonoros no vendrían mal para crear ambiente. También estaría bien que la cantidad de puntos variara según la dificultad de la poción, o que se pudiera conseguir más galeones aparte de los que tenemos ya en nuestra cuenta de Gringotts y los que encontramos explorando los capítulos por otros métodos (como vender pociones u otros objetos).

Pero hay que recordar que todavía estoy en la versión Beta y aún he de probar la definitiva. De momento me quedo con el hecho de que este Hogwarts parece tan verdadero como el de los libros. ¡No falta ni la rivalidad entre las casas! Por ahora, Slytherin y Ravenclaw se disputan el primer puesto a la espera de que Gryffindor y Hufflepuff espabilen, y los ánimos están tan candentes entre los miembros de ambas casas que los Ravenclaw están acusando a los Slytherin de hacer trampas… Creo que os hacéis una idea de lo metidos que están todos en su papel.

¡Esta tiramillota de la casa Gryffindor os espera en Hogwarts!