En teoría sabemos cada vez más y más de la Inteligencia Emocional, existen innumerables estudios, experimentos, artículos científicos y también opiniones subjetivas, basadas en la experiencia personal en este tema. Sin embargo, en la práctica no prestamos demasiada atención a la Inteligencia Emocional, a pesar de que todos la tenemos,- aunque desarrollada en diferentes niveles -la usamos, forma parte imprescindible de nuestras vidas, influye en nuestras relaciones familiares, laborales y de pareja, está presente en nuestras reacciones y acciones, en nuestra forma de expresarnos, en el modo como nos enfrentamos a los problemas, etc. Sin embargo no nos damos cuenta del poder que tenemos en nuestras manos, hasta que no nos hagamos conscientes de ello y por consecuencia no lo desarrollemos ni lo potencialicemos de forma consciente.
En nuestra vida diaria se trata de ser capaces de reconocer y controlar las propias emociones y las de los demás, beneficiándonos de nuestro poder de auto motivarnos y manejar mejor nuestras relaciones con el fin de ser más equilibrados y felices.Nuestra capacidad de perseverar en el empeño a pesar de las posibles frustraciones, de controlar los impulsos, de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los demás dice mucho del nivel de la inteligencia emocional en que nos encontramos en este momento.¿Pero siempre hemos permanecido en este mismo nivel? ¿Hemos nacido con una determinada capacidad del manejo de las emociones o a lo largo del los años hemos logrado aprender algo de nuestras experiencias en el sentido emocional? ¿Vamos a morir con nuestra habilidad actualmente existente de controlar nuestras emociones o en el futuro vamos a ser capaces de desarrollar nuestra inteligencia emocional para tener una mejor calidad de vida a través de la mejora de nuestra relación con nosotros mismos y con las personas que nos rodean?
La palabra EMOCIÓN, viene del latín "MOTERE"(moverse). Es lo que hace que nos acerquemos o nos alejemos a una determinada persona o circunstancia.
Por lo tanto, la emoción es una tendencia a actuar y se activa con frecuencia por alguna de nuestras impresiones grabadas en el cerebro, o por medio de los pensamientos, lo que provoca un determinado estado fisiológico, en el cuerpo humano.
Todas las emociones son esencialmente IMPULSOS A LA ACCIÓN, cada una de ellas inclina al ser humano hacia un determinado tipo de conducta. Los mecanismos de las emociones que determinan esa conducta, pueden ser conducidas hacia el bien o hacia el mal. El temperamento es modificable por la experiencia. Ser consciente de las propias emociones es el primer paso para no dejarse arrastrar por ellas. Veamos ahora que es exactamente lo que podemos hacer para desarrollar nuestra Inteligencia Emocional.
· Identificar tus verdaderos sentimientos, reconociendo tus temores y deseos.
· Reconocer tus principios y que es lo que realmente te importa.
· Buscar el lado positivo de los sentimientos negativos ( tuyos y de los demás)
· Usar tus sentimientos para tomar decisiones y marcar y alcanzar objetivos.
· Sonreír. Convertir el enfado en energía productiva y utilizarlo para llenarte tú mismo de ella.
· Realizar ejercicios de respiración/meditación ya que ayudan a reducir la tensión interior.
· Mostrar empatía, comprensión y aceptación hacia los sentimientos de los demás.
· Escuchar, antes de aconsejar, sermonear, juzgar u ordenar
· Animarte a ir más allá de tu zona de confort en cuanto a tu compromiso y dar la bienvenida a los retos.
· Enfrentarte a tus sentimientos
Si los sentimientos son incómodos no huyas de ellos. Párate por lo menos una vez al día a reflexionar y preguntar: “¿Cómo me siento?”
· Encontrar las conexiones entre tus sentimientos
Cuando surja un sentimiento difícil, pregúntate: “¿Cuándo he sentido esta sensación anteriormente?” Intenta recordar cómo superaste esa sensación, qué mecanismos utilizaste.
· Aprender a gestionar sentimientos contradictorios
Muchas veces nuestros sentimientos se contradicen unos con otros. Eso es normal. Escuchar a tus sentimientos es como escuchar a todos los testigos de un caso judicial. Sólo admite las pruebas que te llevarán a lograr un mejor veredicto.
· Escuchar a tu cuerpo
Un nudo en el estómago mientras conduces hacia el trabajo puede ser un indicio de que tu trabajo es una fuente de estrés. Un aleteo en tu corazón cuando ves a una chica/o podría ser el comienzo de algo grande.
· Controlar tu nivel de estrés
Si tu nivel de estrés es alto es fácil que tengas sentimientos abrumadores. Una habilidad clave de la inteligencia emocional es la capacidad de calmarse cuando te sientes abrumado. Esta habilidad de la inteligencia emocional ayuda a mantener el equilibrio mental.
· Usar el humor y el juego para hacer frente a los desafíos.
El humor, la risa y el juego son los antídotos naturales a las dificultades de la vida. Aligeran nuestras cargas y nos ayudan a mantener los acontecimientos en perspectiva. Una buena carcajada reduce el estrés, eleva el estado de ánimo y re-equilibra nuestro sistema nervioso.
· Resolver tus conflictos de manera positiva
Resolver conflictos de manera sana y constructiva puede reforzar la confianza entre las personas. Cuando el conflicto no se percibe como una amenaza o castigo, favorece la libertad, la creatividad y la seguridad en las relaciones.
· Escribir tus pensamientos y sentimientos
La investigación ha demostrado que escribir los pensamientos y sentimientos puede ayudar profundamente a las personas.
· No revolcarse en los sentimientos negativos
Analizar demasiado los sentimientos negativos puede aumentar dichos sentimientos. La inteligencia emocional implica no sólo la capacidad de mirar hacia adentro, sino también estar presente en el mundo que te rodea.
Aristóteles resumió la Inteligencia Emocional en una sola frase:
Cualquiera puede ponerse furioso…eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… eso no es fácil.”
Cuanto más cerca te sientas a la solución del desafío de Aristóteles, más seguro puedes estar de que estás en el buen camino hacia un nivel de Inteligencia Emocional más alto.