Practicando el desapego, la vida es generosa ¡Feliz 2014!

Por Deboraharevalo @deboraharevalo

Reflexiones de fin de año

Es muy usual recibir buenos deseos durante los días que transcurren en diciembre, por eso me permito compartir contigo la reflexión que resultó de la “pausa” que hice en una de estas noches.

En estos días de corre-corre, de compras a veces inútiles y de estrés decembrino, es bueno tomarnos un tiempo y reflexionar, en algún momento del día, sobre lo que ha ocurrido en este año y lo que ocurre justo hoy.

Vivir en libertad, implica conocernos mejor, cuestionar las creencias que nos limitan y limpiar el “archivo” de recuerdos que nos mantienen apegados al pasado.

La vida es este instante. Es bueno saborear lo vivido con una profunda satisfacción de haber disfrutado y aprendido de cada uno de los momentos acaecidos en este convulsionado 2013.

Maestra la vida

Para dirigir nuestras vidas, hemos de asumir nuestra responsabilidad en cada experiencia vivida positiva o negativa. Mantenernos en una actitud de agradecimiento constante. Así permanecemos despiertos, atentos y dejamos de culpar, de quejarnos y de poner excusas.

Desde este momento podemos disipar nuestras tormentas internas y despertar ese sol que habita en nosotros para desbordarnos de energía.

Pura energía que podemos compartir con todo y con todos para que vuelva multiplicada.

Cultivemos el desapego

El desapego es una práctica que pudiéramos establecer como meta para el 2014. Lo único permanente es el amor. Cada cosa comprada, recibida o regalada, pasará. Simplemente es pasajera y no nos pertenece.

Sonriamos y amemos sin condiciones. Vinimos para amar y ser amados. Pero cuando no podamos amar, al menos no lastimemos ni ataquemos. Recordemos que lo que le hacemos a los demás, nos lo hacemos a nosotros mismos.

No nos olvidemos de dar, de darnos, recibir, vivir y festejar la vida.

¿Cuáles fueron tus alegrías personales en este año? y ¿Cuáles fueron las colectivas?. Ahora es el momento de reconocerlas y disfrutar la alegría que nos reúne a todos: familia, amigos y hasta desconocidos. Somos uno.

Miremos el lado positivo de cada experiencia por trágica o triste que parezca.

Librémonos del equipaje innecesario

Gozar, reír, aceptar, afrontar, amar, compartir.

Hemos aprendido a llevarnos muchas cosas “por si acaso”, pero al cabo de unos kilómetros de recorrido, nos damos cuenta de todo el peso que llevamos sobre nuestros hombros. Soltemos… Sin apegos.

Empecemos a confiar en que todo lo que necesitamos, vendrá a nuestro encuentro. Pronto nos damos cuenta de que lo más importante ya lo tenemos: vida, amor y energía para disfrutar y compartir.

La vida es simple

Hacer lo que amamos y hacerlo a menudo. Si algo no nos gusta, cambiémoslo. Si no te gusta tu trabajo, déjalo. No podemos perder el valioso tiempo del presente para malgastarlo en algo que no nos llena.

Si creemos que nunca tenemos tiempo, dejemos de ver televisión, de analizar todo. Todas las emociones son hermosas.

Si buscamos el amor, pensemos que nunca es tarde y detengámonos, reflexionemos. Las cosas buenas aparecerán justo cuando empecemos a hacer lo que amamos.

Cuando comamos, valoremos cada mordisco. Cuando besemos hagámoslo lentamente y despacio, no hay apuro. Nuestro cuerpo nos lo agradecerá.

Y si vivimos una pérdida, abramos nuestra mente, brazos y corazón a nuevas cosas, a nueva gente. Cada día es una oportunidad. Sin desafíos un día puede resultar vacío.

Todos estamos unidos a pesar de nuestras diferencias o afinidades. Y como no vivimos aislados, es bueno practicar la empatía, el diálogo, y el silencio para escuchar.

Perdernos nos ayuda a encontrarnos. Cambiemos de hábitos, salgamos del escenario. Viajemos…

La vida es conocer, es gente, es compartir y crear junto a esas personas. Empecemos a viajar en nosotros y fuera de nosotros. Interna y externamente.

Creer que lo bueno es posible

Algún día, recordaremos las lágrimas que estamos derramando y nos reiremos. De igual manera, recordaremos algunos momentos felices y lloraremos. La vida es hoy. Vivamos nuestros sueños y compartamos nuestra pasión. Despidamos el año sin lágrimas, sin peleas o resentimientos. ¡Reconciliémonos!

Día a día estamos construyendo la vida. En este instante, aquí y ahora. Decidamos ser felices, sin apegos, sólo experimentando intensamente este instante.

Un abrazote desde mi corazón al tuyo. ¡Feliz año! y ¡Gracias!