De hecho, los beneficios que produce esta práctica de origen reciente son muchos y variados. Por ejemplo, es esencial para revitalizar el sistema circulatorio puesto que el sujeto experimenta posturas invertidas. De este modo, llega sangre a algunas partes del cuerpo como por ejemplo, la cabeza. Algo que produce efectos especialmente positivos para estudiantes o para trabajadores que desempeñan una elevada función intelectual en su rutina laboral diaria puesto que el antigravity favorece la concentración y el silencio. Por tanto, es un refuerzo esencial de la capacidad intelectual del ser humano.
A nivel físico, el antigravity también es muy útil para recuperar la flexibilidad física y la elasticidad. Se trata de una práctica que está de moda en nuestros días puesto que aporta un elevado nivel de satisfacción interior en todos aquellos que se atreven a vivir en contacto con el deporte y la salud. La flexibilidad es esencial para poder tener una vida saludable. Pero la elasticidad debe trabajarse puesto que una vida sedentaria, por ejemplo, produce el efecto contrario. Es decir, causa cansancio, agotamiento, pereza y apatía.
Además, cualquier edad es positiva para realizar ejercicio en mayor o menor medida. De hecho, muchas personas mayores se animan en nuestros días a realizar algún tipo de cavidad física para poder disfrutar de calidad de vida óptima también en la vejez.