Praga día 2

Por Dolega @blogdedolega

El segundo día en Praga empieza sumamente temprano. El Consorte ha quedado con el primo japonés a la 8.30 para salir pitando al Castillo. Según la guía es un recinto que tiene muchísimo que ver. Así que si queremos que nos cunda el día hay que salir pronto.

Yo he tenido un derrame en una de las piernas y el aspecto es bastante llamativo, así que quiero comprar una pomada para que no llegue a más. Además estoy tranquila porque tengo conmigo a una eminencia científica así que me recomendará algo ok.

Nos levantamos y como en el colegio. A correr para estar listos. El desayuno del hotel está muy bien. Bastante completo.

Terminamos y nos vamos al Lobby a esperar al primo. Yo vuelvo a intentar que un “hombre” me solucione el problema del wi fi pero es imposible. No tienen ni puñetera idea qué puede ocurrir.

En ese momento llega el Primo y decidimos irnos y dejarlo para la noche.

Le enseño la pierna y me dice que hay que comprar una medicina. Una crema ó algo.

Nos vamos y encontramos una farmacia.

La farmacia es enorme y es toda de este pelo. Los muebles y las lámparas...

Es preciosa pero solo hablan checo. Aquí todo dios dice que habla inglés pero nosotros estamos esperando a encontrar fuera del hotel a alguien que de verdad lo hable, para darle un diploma ó algo.

La chica que nos atiende dice que sí que lo habla.

En inglés le pedimos una crema para el derrame. Le enseñamos la pierna.

Ella nos da una crema que está toda en checo y nos da una serie de explicaciones todas en checo. En inglés solo dice con los labios en la boca y tirando besos “good, good”. Como si estuviera hablando de macarrones.

-A ver primo, ¿tú sabes hablar checo?

-No

-Pero lo lees

-No

-y entonces, ¿cómo demonios vamos a saber si lo que me ha dado es para el derrame ó para los piojos?

-Porque lo ha visto.

-¿Y vamos a confiar en ella?

-Sí

-Vale

Nos montamos en el tranvía camino del Castillo. Me siento, porque en este país a la gente mayor, los jóvenes le dejan el asiento en cuanto entras a los transportes públicos.

Me pongo la crema de manera minuciosa. Eso quiere decir que ya vamos a dos paradas de tranvía de la farmacia.

-¿Cada cuanto tiempo me la tengo que dar?

Los primos se miran y se ríen, porque ellos han estado hablando con la chica mientras yo hacía las fotos de la farmacia. Se les ha olvidado preguntar.

Se ponen a leer las instrucciones en checo…

-Dos ó tres veces al día.

-¡Pero si me has dicho hace un momento que no lees en checo!

-Pero mi padre era checo.

-Ahhhh, me has convencido. Si se me gangrena la pierna te denuncio.

-Vale.

Noto que el Primo está realmente agusto con nsotros. Habla con su primo y ha perdido un poco de su timidez. Lo noto relajado y ahora sonrie más a menudo. Además ha estado pendiente de que contactáramos con él para quedar.

Subimos hasta lo más alto de la montaña. Así iremos de bajada hacia el Castillo.

Un hotel un poquito especial...

Vamos por esta calle de bajada hacia el castillo. Como se aprecia en las fotos, los suelos son todo el rato de adoquines. De repente empezamos a oir un “cloc, cloc, cloc…” como los cascos de un caballo. Instintivamente nos echamos a un lado.

Yo me paro y me giro para esperar con la cámara la aparición del equino. El sonido desaparece.  Me voy por la acera y vamos hablando animadamente. La cantidad de gente que hay, se puede ver en las fotos. Son mareas de personas que vienen y van a ráfagas. De repente hay mogollón, de repente no hay nadie.

Iglesia de Nuestra Señora de Loreto

Llegamos y vemos que apenas hay gente fuera y decimos que para adentro. Cuando entramos casi no podemos andar. Hay muchísima gente, cada una con su guía y hablando mil lenguas. El sonido es ensordecedor.

Es una de las cosas que hemos acusado en esta ciudad. Las miles de personas que hay en todas partes. Tomar una foto en condiciones es prácticamente imposible. Siempre saldrá alguien que la fastidie.

Salimos corriendo hacia afuera. Seguimos nuestro camino descendente hacia el castillo.

Cuando nos ponemos a caminar por la calzada de los coches, volvemos a escuchar el “cloc,cloc, cotocloc, cloc. Volvemos a subir a la acera y esperamos a que aparezca el caballo. Un grupo que pasa junto a nosotros habla sobre ello en inglés. “Parece que vienen caballos”.

En este punto oímos los cascos y miramos para atrás

Viene el Consorte y me pide la cámara para tomar unas fotos de unos callejones. esto está lleno de patios y rincones preciosos dentro de las casas y por todas partes. Yo sigo con el primo y me pongo a leer la guía para ver cómo vamos a organizarnos para el Castillo.

De repente oigo al Consorte que se está riendo pero como mucho. Pero mucho, mucho. Me giro y detrás de mí me encuentro a los dos pegados a una pared llorando de risa y secándose las lágrimas.

-¡Qué pasa!

Nada, no hay manera. Están los dos llorando de risa y no pueden hablar.

-¡Oye, pero decirme que pasa!

Están mirando la cámara de fotos. El Consorte logra con mucho esfuerzo hablar. Se sigue limpiando las lágrimas y yo me estoy empezando a mosquear.

-Ve hacia allá. ¡Ve!

-¡Pero de que me hablas, que vaya adonde!

-A la calle. No en la acera no, en la calle.

-Pues no me da la gana. ¡Si no me dices lo que pasa no!

-Veee hazme caso

Ya me estoy mosqueando en serio. No paran de reírse como idiotas y yo no tengo idea de que va la guerra…Me voy hacia la calzada y vuelvo a oir los cascos de los caballos. Unos chicos que vienen en sentido contrario, se suben rápidamente a la acera.

Me giro y allí están los dos como dos anormales riéndose sin parar y mirando la cámara. Me voy hacia ellos les quito la cámara y me encuentro esto:

¡SOY YO!¡¡¡¡ Y estas mis deportivas “Nike air Jordan”!!!!!

-¡¡¡Cooooooño!!!

Me miro y veo lo mismo que todos ustedes. No comprendo que ha podido pasar, pero las deportivas se están literalmente deshaciendo. Intento hacer algo pero YO SOLA ¡porque ellos son incapaces de hacer nada, aparte de reírse!

-Quédate aquí quieta, que vamos a ver si hay alguna tienda que tenga un par de zapatos.

Y se marcha haciendo el gilipuertas imitando que es un caballo trotón. El otro tiene los ataques de risa de manera intermitente. Se aguanta las ganas pero no puede.

¡¡¡Jooder así que soy yo la que hace el ruido!!! Pero cómo no me he dado cuenta… Cada día estoy peor. Tengo que ir al médico ó algo.

Yo estoy en estado de shock. Esas deportivas no tenían tanto tiempo y además cuando salí de Madrid, juro que estaban en perfecto estado.

No hago otra cosa que mirarlas porque me parece increíble. ¡Hasta los dispositivos de aire se están desintegrando!

Vienen y me comentan que no. Que hay que bajar otras vez todo hasta el centro para comprar unos.

-No. De eso nada, mira la hora que es y si tenemos que bajar y volver a subir, no hacemos nada más hoy. Vamos para adentro lo vemos y cuando bajemos los compramos.

-Doce cascabeles lleva mi caballo..

-Una broma más a cuenta de las zapatillas y te comes la guía turística.

Así que allí voy yo. Yo creo que salvo que la gente miraba hacia atrás, nadie se dio cuenta.

Bueno, miento. El Consorte dice que un niño en la catedral me estuvo siguiendo un buen rato. Que lo tenía flipado.

-¡¡¡Ese llega esta noche a casa y se coge el cuchillo de cocina y mañana su madre lo infla a bofetadas por destruir las zapatillas!!!

En fin, hace tiempo que lo vengo diciendo. Lo mío no es ni medianamente normal.

La entrada al castillo

-¡Pasea delante de ellos a ver si te contratan! ajajajajajja

-Tú sigue… que el karma y la noche te darán tu merecida recompensa.

Las fotos anteriores eran todas de la Catedral de San Vito

A ver Consorte, cualquier otra persona puede jugar con esto, ¡nosotros no! Que todavía se dispara y salimos en los periódico...

Andaban los dos moñeando con la maldita ballesta. Y claro, a mí se me ponen los pelos como escarpias…

Ya vamos de salida, porque estamos exahustos, tenemos hambre y necesito unos zapatos.

Bajamos en el tranvia, me compro unos lindos zapatos por 13€ y nos vamos a comer. El Primo le ha pedido consejo a su familia checa para el sitio.

¡FABULOSO!

El Codillo,4 jarras de cerveza,una ensalada para tres y patatas fritas para tres 30€. Todo estaba de cine de bueno y las raciones increibles de grandes. esra para 4 personas fácil. tengo la tarjeta, la posteo luego.

Después de comernos y bebernos esto, salimos la mar de contentos diciendo que lo mejor era irse al hotel a dormir.

Así que cogimos el tranvía de vuelta y nos despedimos del Primo a eso de las 20.50 y nos arrastramos hasta el hotel.

Todavía me dió tiempo ha solucionar lo del wi fi y postear.

Un besazo a todos y perdón por no contestar los comentarios ni visitar a los amigos, pero los tengo en los feeds y prometo que en cuanto llegue a Madrid, me pongo al día.