Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas... Aún no estoy desesperada, pero antes de llegar a eso, gracias a la sabiduría de mi madre (una de mis gurús en nutrición) y de algunos descubrimientos que estoy haciendo acerca del PH del organismo y cómo influye en las células de nuestro cuerpo, he decidido que uno de los pilares que sostienen mi propósito para 2014, sea un cambio radical en mi dieta.
A los 12 años me ingresaron por primera vez en el hospital de la Vall d'Hebrón de Barcelona, con una gastritis impresionante. Todo lo que comiera o bebiera (sí, el agua también) salía por donde había entrado. Desde entonces, aunque nunca ha vuelto a ser tan bestia, he tenido recaídas, a menudo agravadas por estrés y nervios.
Otros problemillas se han ido añadiendo con el paso de los años y las visitas al médico eran obligadas cada cierto tiempo. Pero en el último año ha sido algo un pelín exagerado... Episodios demasiado frecuentes... Como si mi cuerpo no estuviera bien consigo mismo y se declarara la guerra atacando por aquí y por allá haciéndome sentir inútil y obligándome a cancelar planes, viajes, y no dejarme vivir en condiciones como una tía de 27 años normal y corriente. Pero estas navidades, me he propuesto hacerme su mejor amiga. (mi cuerpo y yo = best friends forever!)
Para empezar, pretendo renovar la base de mi dieta por una que equilibra el ph de mi organismo y es además antiinflamatoria. La cuestión es que nunca he comido mal, ni demasiadas grasas ni demasiadas carnes, pero no significa que haya comido lo adecuado y suficiente para el buen funcionamiento de mi cuerpo. (Ya habéis visto alguna pista del día 1 y 2 en Instagram ;)
Más de uno de mis problemillas de salud se han visto agravados por causa de estrés, nervios y cosas de esas que a veces nos cuenta tanto gestionar, y efectivamente han ido a afectar aquello que más sensible tengo: el sistema digestivo. Lo cual puede estar conectado con otros sistemas cercanos trayendo aún máaas problemas.
Por eso, mi renovación radical tiene tres áreas: renovación de la dieta, renovación en la gestión de emociones, y renovación en mi equilibrio espiritual. A menudo iré hablando sobre estas tres áreas (que son para mí todo un reto) e iréis viendo a qué me refiero y cómo va el proceso. Que espero sea de verdad para mejoría.
Curiosidad: ¿Sabíais que muchos de los achaques o dolencias que achacamos a la edad son en realidad consecuencia de un ph desequilibrado de nuestro organismo? O sea, que tras años de desequilibrios del ph que repercuten a nuestras células, finalmente hacen aparecer achaques que no tendríamos por qué tener... Interesante.
Ale, a acostarse tempranito que esta noche vienen los Reyes... (no vaya a ser que os pillen despiertas y os llevéis el susto de vuestra vida) :)