Prejuicios

Por María Jesús
Cuando prejuzgamos a una persona y nos alejamos de ella, tal vez estemos perdiendo la oportunidad de conocer a alguien único y que podía habernos ayudado mucho. Los prejuicios son una más de todas las consecuencias negativas que tiene el vivir en el pasado. El vivir condicionado por las experiencias del pasado limita nuestra libertad de tal forma que podemos decir que vivimos encadenados por nuestras experiencias. Las experiencias negativas que hemos tenido en el pasado nos condicionan en el presente. Esto implica una falta de libertad que es contraria a nuestra naturaleza pues hemos sido creados libres.  Por tanto, esos condicionamientos que nosotros mismos nos imponemos nos hacen infelices y nos hacen perder muchas oportunidades de aprender de las experiencias nuevas de la vida y de lo que las demás personas pueden aportarnos. Cada uno tendrá que reflexionar sobre la armadura que lleva puesta para defenderse. Vivir a la defensiva es muy limitante. Es cierto que todos hemos sufrido experiencias desagradables y hemos tratado con gente que nos ha hecho daño, pero, hemos de aceptar el dolor, si lo aceptamos será mucho menos doloroso que si nos pasamos la vida huyendo de él, además, seguro que nosotros también hemos hecho daño a los demás consciente o inconscientemente. Por tanto debemos vivir el presente y afrontar la vida con una mirada nueva. Porque todo en la vida está sometido a cambio. Nosotros también debemos vivir en permanente cambio. Siempre dispuestos a cambiar nuestro modo de pensar y de vivir. Nuestra rigidez e inflexibilidad nos hace desgraciados y nos enferma. Pero la libertad del que se enfrenta a la vida sin pensamientos limitantes no tiene precio.