Fotografía: de « м Ħ ж »en Flickr bajo cc-by-nc-nd/2.0/
Así es, el IEDA ha sido Premiado en la Convocatoria de Premios Nacionales de Educación 2016 por su participación en el proyecto colectivo “El sonido que habito” junto a otros 14 centros en la categoría de “premio para proyectos conjuntos entre equipos docentes de distintos centros españoles en educación secundaria”.
No es la primera vez que hablamos en esta despensa de este grandísimo proyecto, ya lo hicimos tiempo atrás en esta otra reseña donde referenciamos muchas de nuestras tareas anteriores que podían encajar en la filosofía de este proyecto en torno al sonido como recurso didáctico, como por ejemplo : “4’33” , los sonidos del silencio” o “Podcast: periodistas ciudadanos”.
Me siento orgulloso además de haber contribuido precisamente diseñando el logo que nos representaba en las redes sociales durante la pasada edición.
A decir verdad, estoy muy contento con este premio, pero sobre todo por ser un premio para un proyecto de colaboración docente interdisciplinar e internacional que lleva ya operativo 5 ediciones (que son palabras mayores en el mundo educativo) siendo reconocido, valorado y premiado con la Peonza de oro en los prestigiosos Premios Espiral edublogs 2014, Reconocimiento de Buenas Prácticas del ITE y en otros influyentes encuentros o eventos educativos en torno a la colaboración, las TIC y la creatividad en el aula. Con este emotivo vídeo se presentaba la 3ª Edición:
Pero, como dice Juan Carlos de Miguel -uno de los artífices del proyecto y de la concesión de este premio- todo el músculo, las vísceras, la piel y sobre todo el corazón de “El sonido que habito” son de los ciento y pico de profesores y maestros repartidos por toda la geografía española ( y fuera de ella) junto a un millar largo de alumnos que lo dotan de sentido y contenido “sonoro y emocional” año tras año. Así que mi enhorabuena y agradecimiento es para todos ellos/as…
Por tanto, es un premio y reconocimiento a un proyecto transmedia en torno a la colaboración y la simbiosis creativa de disciplinas docentes a través de algo tan simple -y complejo- como son los sonidos, muchas veces infravalorados en el curriculo docente en beneficio del elemento textual. Un premio coral y polifónico en el que junto a mi alumnado participante solo he aportado unas cuantas notas . Por tanto agradezco en mi nombre y en el de mi alumnado participante solo la parte que me toca, siendo justos, de los 15 centros que han participado y sido premiados en esta convocatoria nacional, que eran ( y han sido en otros años) muchos más ( de Primaria, principalmente) pero no entraban en la categoría de la convocatoria.
Como me es imposible destacar uno trabajos sobre otros, en este enlace al blog madre del proyecto dejo algunas participaciones que hice con los trabajos de mi alumnado de Cultura Audiovisual durante el curso pasado.
El enlace a las dos tareas mediante las cuales pude canalizar la participación de mi alumnado durante el curso 15/16: una individual “El sonido que habito” y otra colaborativa “El sonido que habitamos”
El hecho de tener, en nuestra modalidad de enseñanzas a distancia, las tareas de un curso diseñadas con mucha antelación , es sin duda un ventaja operativa para nuestro funcionamiento interno, pero muchas veces hace imposible la participación en este tipo de proyectos colaborativos externos que van surgiendo a través de las redes educativas, por no poder encajarlos en nuestro sistema estructurado de tareas. Y hay muchos y muy interesantes como ya hemos hablado aquí de Contamos con eMotion o No me cuentes historías, dibújamelas , por poner dos en los que también esporádicamente he participado personalmente y con mi alumnado de Artes. En concreto , las tareas del curso pasado conseguí adaptarlas in extremis durante el segundo trimestre haciéndolas coincidir con el bloque temático “El sonido y la música”.
Gracias por tanto a los y las docentes que, contra vientos y mareas -y leyes nefastas- luchan para que otra educación -abierta, plural, participativa y colaborativa – sea posible. Y por supusto a los organismos e instituciones que valoran, reconocen y premian estas prácticas que dicen mucho de gran valor humano, vivencial y formativo que tiene la educación .
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