Lo confieso. Vale, lo confieso. Después de dos años de blog, he sucumbido al frikismo máximo. Esta tarde me he pintado el ojo y me he plantado en la presentación de los Premios Bitácoras yo-mi-me-conmigo (o sea, más sola que la una. Aunque reconozco que lo de ir sola ha sido culpa mía, porque sé de más de un@ que me hubiera acompañado, pero es que me enteré ayer de la movida y ya no daba tiempo). Total, que me siento en uno de los butacones del Auditorio de la Casa Encedida a oír la presentación y las novedades, que son, básicamente, que este año hay categoría de Ciencia (¿a qué va a ser verdad que tanto dar el coñazo funciona? Si es que el que no llora, no mama...) y que los premios se darán en Madrid en el seno de un encuentro llamado Interqué (¿Inter-qué? Pues eso, que a mí tampoco me quedó muy claro de qué iba el rollo). Y luego, subo a la terraza y me parapeto detrás de una Coca-cola light. Ya sé que soy de un soso que asusto, pero es que estoy de nuevo a plan porque el verano y la cerveza causan estragos en mi retaguardia. Pasan cinco minutos. Diez. Quince. Me aburrrrooooooo. No conozco a nadie y nadie me conoce. Estoy planteándome el hacer un mutis por el foro, cuando una chica, con un acentazo más andaluz que el Dios del metro, me pregunta:- ¿Estás sola? Es que te veo igual de perdida que yo.Así, Potoppitta acudió en mi rescate. Al final, nos juntamos unos cuantos a hablar de blogs. Que es lo mejor de estas cosas: conocer gente.Y sí. Me presento a otro premio (a ver si estreno la categoría de Ciencia, aunque esto es, más bien, Pseudo-ciencia). Pero esta vez no os voy a dar la tabarra para que me votéis. Palabrita del Niño Jesús.
Lo confieso. Vale, lo confieso. Después de dos años de blog, he sucumbido al frikismo máximo. Esta tarde me he pintado el ojo y me he plantado en la presentación de los Premios Bitácoras yo-mi-me-conmigo (o sea, más sola que la una. Aunque reconozco que lo de ir sola ha sido culpa mía, porque sé de más de un@ que me hubiera acompañado, pero es que me enteré ayer de la movida y ya no daba tiempo). Total, que me siento en uno de los butacones del Auditorio de la Casa Encedida a oír la presentación y las novedades, que son, básicamente, que este año hay categoría de Ciencia (¿a qué va a ser verdad que tanto dar el coñazo funciona? Si es que el que no llora, no mama...) y que los premios se darán en Madrid en el seno de un encuentro llamado Interqué (¿Inter-qué? Pues eso, que a mí tampoco me quedó muy claro de qué iba el rollo). Y luego, subo a la terraza y me parapeto detrás de una Coca-cola light. Ya sé que soy de un soso que asusto, pero es que estoy de nuevo a plan porque el verano y la cerveza causan estragos en mi retaguardia. Pasan cinco minutos. Diez. Quince. Me aburrrrooooooo. No conozco a nadie y nadie me conoce. Estoy planteándome el hacer un mutis por el foro, cuando una chica, con un acentazo más andaluz que el Dios del metro, me pregunta:- ¿Estás sola? Es que te veo igual de perdida que yo.Así, Potoppitta acudió en mi rescate. Al final, nos juntamos unos cuantos a hablar de blogs. Que es lo mejor de estas cosas: conocer gente.Y sí. Me presento a otro premio (a ver si estreno la categoría de Ciencia, aunque esto es, más bien, Pseudo-ciencia). Pero esta vez no os voy a dar la tabarra para que me votéis. Palabrita del Niño Jesús.