El entonces presidente, tristemente fallecido hace unos meses, el profesor D.Antonio Clavero y la directora de la revista, también profesora Dña.Luisa Balbín, tras una primera reunión y comprobaron parte del trabajo que llevaba realizado, me transmitieron su opinión y su idea: Hay tanto material, que te pedimos que éste primer “Cuaderno” sea sólo de platos de cuchara y algunos principales. Otras técnicas culinarias como las frituras, conservas, adobos, asados, quedarán para un futuro, para otro número que se denominará “Tecnicas Culinarias Marengas”.
He de reconocer que tuve momentos de desasosiego pensando no estar a la altura, por no ser capaz de transmitir ésa herencia recibida: la forma de cocinar, las costumbres populares, la cocina marenga, de ésas mujeres, mujeres del rebalaje, mujeres de la mar, de éste lugar donde están mis raíces maternas: El Palo y espero que allá donde esté Antonio, hoy siga prodigandome ésa sonrisa tan especial y esté orgulloso de su legado.
Fui dándole forma cuya publicación se tuvo que postergar por la pandemia. con su apoyo, con ilusión, con cariño, con ganas de compartir ése legado inmaterial que son parte de la cultura gastronómica tradicional, terminé el trabajo encomendado para que viera la luz y llegara a sus manos éste segundo Cuaderno del Rebalaje. TÉCNICAS CULINARIAS MARENGAS. (que pueden leer gratuitamente en ÉSTE ENLACE)
Me siento parte de un pasado que no volverá, de una generación que en gran medida debemos intentar fijar nuestros recuerdos, legarlos como testimonios de costumbres populares, quizás en mi caso, cargados de emociones que llegan al umbral de la nostalgia por la pérdida de una parte de mi vida, probablemente idealizada: mi infancia.
Una infancia que transcurrió en ése mismo rebalaje donde siguen rompiendo las olas, donde el agua resbala sobre la negra arena y los grises chinorros para regresar una y otra vez a la mar; hogar de hombres y mujeres cuyas vidas giraban en torno a la pesca, a las conservas de pescado, a redes y barcas, aferrados al salitre, a la brisa, a las olas y a ésta tierra que los vio nacer. Ellos me inculcaron, casi sin darme cuenta sus conocimientos, eran mi gente, marengos, paleños, jabegotes, sotarraeces, gardones, malleras, cenacheros, calafateadores, niñas del “fridó”…
Modos de conservar, costumbres, técnicas, recetas, productos, sabores asociados a lo que comíamos de niños….formas de alimentar nacidas de éstas mujeres unidas al mar, de la necesidad, de la penuria y de subsistencia, de la humildad, platos marengos, paleños, técnicas culinarias preparadas por sabias manos que perduran en la memoria, que son joyas y tesoros de la gastronomía malagueña llenos de sentimiento. Porque como un día escribió Esperanza Pelaez, la cocina además de arte, es emoción de madres y abuelas.
Muchas de las páginas de la historia de Málaga, de nuestra historia se escribieron en la mar; ésta siempre ha inspirado a la humanidad, la han pintado, la han descrito, la han trabajado y de ella nos hemos alimentado desde tiempos inmemoriales. Yo humildemente he intentado desde que escribo mi blog, describir nuestras costumbres culinarias y es que ser malagueña, ser paleña, es sentirme unida a mis antepasados, a sus valores, a sus costumbres, a los olores y sabores, es sentir nostalgia de su luz, de la mar, de sus costas, de las sierras y los campos; es sentirme orgullosa de cada palmo caminado y por caminar, de haber recorrido, vivido y aprendido a ser quien soy. Me gusta proclamar la belleza y la riqueza de Málaga, de mi tierra, del mar procurando dentro de mis posibilidades hacer sentir al que no conoce nuestras raíces el impulso de descubrirla.
¿Cuánto puede inspirar a las nuevas generaciones nuestro pasado? Es mi deseo que éste Cuaderno del Rebalaje les sea útil algún día para continuar disfrutando de la herencia que me transmitieron mis mayores.
Todo ello, forma parte de éste NÚMERO 55 DE CUADERNO DEL REBALAJE “TÉCNICAS CULINARIAS MARENGAS
Una humilde publicación culinaria que está enriquecido por un prólogo maravilloso escrito por la gran periodista, escritora y experta gastronómica ESPERANZA PELAEZ NAVARRETE todo un lujo que una persona con ésa categoría humana y profesional haya sido la prologuista.
Éste cuaderno, Técnicas Culinarias Marengas, ha podido ver la luz en papel gracias a la colaboración de SABOR A MALAGA, y muy concretamente a la Diputada Dña. Leonor García Agua-Juli, “alma mater” de Sabor a Málaga, a quien valoro enormemente por su constante apoyo y lucha por la gastronomía de ésta Málaga que nos cautiva y enamora.
Debo por supuesto dar las gracias al actual presidente de la Asociación Amigos de la Barca de Jábega, D. Juan Antonio Camiñas, también a su directora Dña. Luisa Balbín y por supuesto a ése gran equipo humano que conformáis ésta increíble asociación que sin ánimo de lucro, realiza una gran labor cultural compartiendo conocimientos, historia, cultura, acercándonos, descubriéndonos y consiguiendo que miremos más hacia el mar, hacia la mar que nos rodea.
Sobre todo aquellas jábegas de los “Rosillas”, la Maria del Carmen y la Mercedes, que no están proa a la mar, no descansan en la arena, no hay tornos de madera en la orilla, ni parales para deslizar las barcas por el rebalaje, sus ojos avisores no otean al horizonte, renunciaron al viento, ya no soportan en su interior ninguna red, sus remos no “chapotean” en la mar; ya no bogan los marengos en ella, no tiran de la traya ni jalean tirando del copo aquellos hombres y mujeres del Palo.
Gracias por confiar por segunda vez en mí, una simple ama de casa que comparte lo que prepara y cocina siguiendo la tradición de la gente de la mar.
Un honor para mí compartir páginas en éste cuaderno, con la obra artística de un gran pintor Dámaso Ruano, hijo predilecto de nuestra Málaga.
Tras el emotivo acto, tuvo lugar la actuación de una gran artista malagueña, para más inri paleña donde se hunden sus raíces flamencas. Ella, Chelo Soto Robles, cantó por JABEGOTE, haciéndonos sentir la emoción de los hombres de la mar, con ése cante tan marengo, de los jabegotes de El Palo que entonaban a golpes de remo, por lo que le quedaré eternamente agradecida.
Gracias por ayudarme a navegar por los mares virtuales y a escribir éste libro de bitácoras gastronómico al que llamé Mi Cocina Carmen Rosa, que comencé en aquel mes de Abril de hace 14 años, sin él no hubiese sido posible bogar hasta ése día en que se publicó “Técnicas Culinarias Marengas”