Una conductora se somete a un control de alcoholemia en una carretera de Barcelona
- El 56 por ciento de los conductores que fueron sometidos a un control de drogas en la última campaña de la DGT dio positivo
- Las drogas detectadas más comunes fueron la cocaína y el cannabis
Ayer se presentó en Oviedo, el libro «Drogas, alcohol y conducción. Guía práctica para la determinación de alcohol y drogas en conductores de vehículos a motor y su repercusión para la seguridad vial». La obra, editada por Fundación Mapfre, está escrita por Raimundo García, Presidente de la Asociación Española de Accidentología Vial, y Rafael Hinojal, Catedrático de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Oviedo.
El objetivo de esta guía práctica es ayudar a la policía y a los médicos forenses a detectar la presencia de todo tipo de drogas en los conductores, conocer los síntomas asociados al consumo de alcohol y a otras sustancias como la cocaína y el cannabis (las más frecuentes). Así mismo da a conocer la normativa de tráfico que se aplica cuando un conductor está bajo la influencia de anfetaminas, medicamentos, barbitúricos y LSD, entre otras drogas.
La obra destaca, por ejemplo, que el consumo de alcohol incita a cometer imprudencias, como consecuencia de la pérdida de control del conductor, de las alteraciones visuales que sufre y de su estado de excitación y euforia. Estos efectos son especialmente comunes a partir de un índice de alcohol en sangre de 0,81, donde empieza a producirse una ligera embriaguez que altera el comportamiento del conductor, desencadenando una conducción peligrosa. La guía también recuerda, que cuando una persona sobrepasa los 3 gramos de alcohol por litro de sangre, no puede conducir de manera segura, y que a partir de 5, se produce el coma etílico y hay muchas posibilidades de que el conductor pierda la vida.
Cocaína y cannabis, las más comunes
Las normas de circulación relacionadas con el consumo de drogas también componen otro de los capítulos incluidos en este libro, pionero en España. Se hace referencia, entre otras medidas, a la obligatoriedad de someterse a las pruebas correspondientes para la detección de posibles intoxicaciones por alcohol y otros estupefacientes a todos los implicados en un accidente de tráfico. También se recuerda que los conductores que se nieguen a someterse a las pruebas pueden ser castigados con penas de prisión y la retirada del carné de conducir.
El libro incluye otros dos anexos más con documentos para la instrucción de procedimientos sancionadores y una guía rápida para conocer la composición de numerosas drogas. También se incluye un apartado con un listado de más de 300 términos médicos, de gran utilidad para los médicos forenses cuando investigan las causas de un accidente vial.
En España, el 56 por ciento de los conductores que fueron sometidos a un control de drogas en la última campaña especial de la Dirección General de Tráfico (DGT), entre el 9 y el 15 de julio, dio positivo. Las drogas detectadas más comunes fueron la cocaína y el cannabis, seguido en menor proporción por las anfetaminas y metanfetaminas.