Primeras impresiones después de ordenar con el método KonMari – Parte I

Por Gemma Adeva @holawasel

Hace un par de semanas terminé de organizar mis cosas según el método KonMari, del que os hablé en este post justo cuando iba a empezar a ponerlo en práctica. He pensado que sería buena idea contaros mi experiencia, por si alguien está a punto de empezar o si tenéis dudas de si es adecuado para vosotras :)

Para que esta entrada no sea interminable, voy a suponer que sabéis más o menos en qué consiste este sistema de organización (por eso recomiendo encarecidamente que leas el post mencionado arriba, donde explico todo).

EL PROCESO

La meta era poner en orden todas mis cosas. Al no vivir sola este trabajo se reduce, puesto que mis pertenencias están localizadas en dos habitaciones de casa (dormitorio/estudio y cuarto de baño). Cuando digo poner en orden realmente estoy yendo mucho más allá. De natural soy muy ordenada, así que era más encontrar una forma mejor de tener mis cosas organizadas y deshacerme de una vez por todas de lo que no quiero o no necesito.

Seguí las premisas básicas del método KonMari: empezando por la ropa, siguiendo por libros y papeles y terminando por el resto de cosas varias (tras los libros y papeles, pasé al material craft, una gran parte de las cosas que tengo debido a mi trabajo). TODOS los objetos pasaron por mis manos. Y con todos me hice la misma pregunta antes de decidir si me los quedaba o no: ¿esto me produce auténtica alegría?

En el libro se recomienda empezar y no parar hasta que termines. No quiere decir que lo hagas en un día, porque sería imposible, pero sí que intentes hacerlo seguido. Ordenar mis cosas me llevó una semana, compaginado con el trabajo y la vida social, etc. Y más o menos le dediqué unas tres o cuatro horas cada día.

A pesar de que este año he hecho limpieza intensiva para quedarme sólo con lo imprescindible, al terminar tenía tres bolsas de basura llenas de cosas para tirar, más el equivalente a una bolsa con cosas para regalar. Si esto lo multiplicamos por lo que supondría ordenar toda una casa… nos sale una cantidad sorprendente de cosas que no necesitamos. Nada mal :D

PROS

– Creo que una de las claves del éxito de este método es la de tocar todo lo que tienes. Cada papel, cada ovillo de lana, cada prenda, cada objeto de decoración… todo pasó por mis manos como he dicho. Y eso hace que te des cuenta de lo que retienes por sentimentalismo y de lo que necesitas de verdad en tu vida.

– Es muy liberador. Mi vida ahora cabe en un espacio más reducido que una habitación y eso me hace pensar en lo fácil que sería poder viajar con tan poco, trasladar toda tu vida de una ciudad a otra en unas pocas cajas (y lo verdaderamente imprescindible en una mochila).

– Te hace consciente de las cosas que son importantes de verdad. Porque al tocarlo todo ves que en realidad no son los objetos, si no las experiencias que te recuerdan. El mundo gira alrededor del consumismo, pero puedes elegir no ser partícipe de ello.

– Para poder hacer este método de organización no necesitas comprar ningún sistema de almacenaje extra. Se aprovecha lo que tienes en casa.

CONTRAS

– Es complicado guardar la ropa como indica el método si no tienes cajones en tu armario. Yo no pude doblarla como dice el libro, porque simplemente en mi armario no iba a ser efectivo. Lo que me hace recordar que siempre es necesario adaptar las cosas a nuestro propio estilo de vida.

– Creo que si eres una persona muy sentimental con tendencia a guardar miles de recuerdos, es posible que necesites la ayuda de alguien para decidir lo que se queda y lo que no.

– Dependiendo del volumen de objetos que tengas y del tiempo que puedas dedicar a organizar tus cosas, puede ser un proceso largo. En el primer momento de revisar cada cosa, todo debe estar a la vista y en el suelo, así que al principio verás más desorden que orden.

RESUMIENDO

¿Recomiendo este método de organización? SÍ. Conozco varias técnicas de organización y “purga” de cosas innecesarias y me parece que Marie Kondo ha sabido combinar lo más efectivo de cada una. Por supuesto, no te va a solucionar la vida mágicamente, pero está claro que cuando pones tus cosas en orden, también estás ordenando tu mente y tus ideas (si no me crees, prueba a organizar un par de cajones cuando te sientas confundida). Como he dicho, me siento súper liberada.

Hay dos cosas que para mí han marcado un antes y un después con este método:

– Saber que cada objeto tiene su lugar. Como todo tiene un sitio asignado, ya no hay posibilidad de dar paso al desorden. Simplemente lo retornas a su lugar cuando acabas de usarlo. Y cada grupo de objetos está junto: toda la ropa en el armario, los zapatos en tal sitio, los cuadernos en otro…

– Al llegar a casa, vacías el contenido de tu bolso o mochila en una bandeja, caja o cesta. Antes me pasaba un buen rato buscando en qué bolso había dejado tal o cual cosa para poder meterla en el bolso que me iba a llevar antes de salir. Al final todo estaba esparcido y era muy frustrante. Ahora cojo las cosas que necesito llevarme de la bandeja y las meto en el bolso. No más no saber en qué bolso metí las gafas de sol o el paquete de pañuelos :D

Quería añadir unas cuantas fotos del resultado final, pero lo he dejado para la segunda parte de este post. Y es que ahora estoy en la parte del proceso de decidir dónde va cada cosa. Casi todo tiene su lugar asignado, pero resulta que tengo bastantes huecos vacíos en las estanterías. Curiosamente no tengo unas ganas enormes de llenarlas, por eso estoy pensando detenidamente qué colocar en cada lugar :P

La llegada del mes de septiembre y la vuelta a la rutina puede ser un momento perfecto para empezar a organizar todas tus pertenencias, me encantaría saber si os habéis animado con este método y cómo lo habéis adaptado a vuestras necesidades.

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