Durante siglos, en la historia de la humanidad diversas enfermedades pulmonares han sido la raíz de incontables muertes a nivel mundial por distintas razones. Hoy día, a pesar del enorme avance de la medicina, por desgracia esta no es una situación que haya cambiado del todo, ya que sigue habiendo todo tipo de enfermedades pulmonares graves, algunas incurables y otras muy difíciles de tratar.
Aunque son demasiadas, hoy hemos querido hacer énfasis en cinco de ellas, las cuales han demostrado su letalidad en todos los grupos etarios y en todas las latitudes. Ya sea por la dureza de sus síntomas, por la dificultad para tratarlas, por su incidencia a nivel mundial, por su pronóstico, etc… Estamos seguros de que esta lista no te dejará indiferente. Estas son las principales enfermedades pulmonares graves.
Neumonía: una de las enfermedades pulmonares graves más comunes
La neumonía se trata de una enfermedad pulmonar cuyo origen puede ser multifactorial. Es decir, que puede estar generada tanto por bacterias, como por hongos o virus. De allí que su dificultad para tratarla, en algunos casos, sea tan tormentosa.
En esencia, se trata de una inflamación de los sacos alveolares, que es precisamente donde se lleva a cabo el intercambio de oxígeno por CO2.
Esta inflamación, en muchos casos, genera la producción de líquido o de pus, lo que a la larga genera dificultad respiratoria.
Entre los síntomas descritos de esta enfermedad, podemos encontrar: fiebre, escalofríos, dolor torácico, tos con expectoración verdosa, cianosis, dificultad respiratoria y mucho más.
Su tratamiento es principalmente mediante antibióticos, antivirales o antifúngicos, según sea el caso.
La duración de los síntomas y del tratamiento dependerá más que nada de la gravedad de la infección y del tipo de agente infeccioso implicado.
Una de las mayores dificultades al momento de tratar las neumonías tiene que ver con la resistencia a antibióticos que algunos microorganismos han logrado desarrollar. De allí que, en muchos casos, sea muy difícil terminar de darle solución a la situación de forma satisfactoria.
Fibrosis Pulmonar
Seguramente no te suene de nada, ya que no es precisamente la más común de las enfermedades pulmonares graves. Sin embargo, hemos decidido nombrarla más por la gravedad de sus síntomas que por su incidencia.
La fibrosis pulmonar es causada, a grandes rasgos, por una cicatrización tortuosa en los tejidos pulmonares, que pueden conllevar a un engrosamiento de los pulmones. En otras palabras, podríamos decir que se trata de una pérdida de la elasticidad del tejido pulmonar, lo cual impide su adecuada expansión al momento de llenarse de aire.
Las causas específicas de la fibrosis pulmonar aún no están del todo bien dilucidadas. Lo único que se sabe es que esta puede ser la respuesta ante ciertos estímulos como lesiones o sustancias desconocidas.
Sin embargo, también se sabe que los genes juegan un papel fundamental tanto en la aparición como en el desarrollo de esta enfermedad.
Aunque las personas más comúnmente afectadas suelen rondar los 60 y 70 años, se han descrito casos, incluso, en recién nacidos. Se sabe además que es una enfermedad que suele presentarse más frecuentemente en hombres que en mujeres.
Por lo general, la fibrosis pulmonar suele presentarse de forma insidiosa, es decir, muy lentamente. El desarrollo de los síntomas puede tardar incluso meses. Entre los más frecuentes, tenemos: dolor torácico, tos seca, dificultad para respirar tanto en la actividad física como en reposo, debilidad, pérdida de peso, entre otros más.
Desgraciadamente, al día de hoy, no existe una cura efectiva contra la fibrosis pulmonar. Sin embargo, existen diversos esquemas que ayudan un poco a aliviar los síntomas y a que siga avanzando hasta empeorar.
En los casos más avanzados de fibrosis pulmonar, se puede llegar a considerar un trasplante pulmonar como última opción.
Edema pulmonar
El edema pulmonar se trata de un término acuñado hace bastantes décadas atrás que implica la acumulación anormal de líquido en los pulmones debido a diferentes causas.
Mayormente se le relaciona con la insuficiencia cardiaca congestiva, que viene siendo uno de los últimos estadíos de la insuficiencia cardiaca, donde el corazón ya es casi incapaz de bombear sangre eficientemente. Esto lo que produce es que, a nivel de los alvéolos o sacos pulmonares, lo vasos sanguíneos empiecen a expulsar líquido hacia esta cavidad.
Con esta acumulación de líquido antes descrita, el intercambio gaseoso entre oxígeno y CO2 se dificulta. Y es esto lo que ocasiona todo el conjunto de síntomas que acarrea esta enfermedad.
A pesar de que esta viene siendo una de las principales causas del edema pulmonar, no podemos dejar de mencionar otras que tienen una gran importancia también, como es el caso de: ciertos medicamentos, la exposición a grandes alturas, insuficiencia renal, infecciones pulmonares graves, reacciones alérgicas, entre otras más.
Los síntomas más asociados a esta enfermedad son: expectoración con sangre o espuma con sangre (hemoptisis), dificultad para respirar al acostarse (ortopnea), sensación de falta de aire luego de haberse quedado dormido (disnea paroxística nocturna), dificultad para respirar incluso en reposo o al hablar, piel pálida, sudoración excesiva, entre otros síntomas más.
A pesar de la gravedad de sus síntomas, el edema pulmonar es una enfermedad relativamente fácil de tratar, aunque en ciertos casos requiere que la persona permanezca en la zona de cuidados intensivos.
Tromboembolismo pulmonar
Otra de las enfermedades pulmonares graves que se reconocen, es el tromboembolismo pulmonar. Este padecimiento tiene que ver con la formación de algún tipo de agente obstructivo que ocasione la disminución del flujo de sangre a través de las arterias pulmonares
En la gran mayoría de los casos, su origen tiene que ver con la formación de coágulos sanguíneos que, al desprenderse de su sitio, son trasladados mediante la circulación hasta las arterias pulmones. Estos coágulos mencionados suelen provenir más frecuentemente de las venas femorales.
Sin embargo, el tromboembolismo pulmonar no solo se puede deber a coágulos. En ciertos casos, se puede dar una trombosis gaseosa, grasa, por líquido amniótico, por parásitos o incluso por células tumorales.
Esta condición puede aparecer en múltiples circunstancias como, por ejemplo: después del parto, de un ataque cardiaco, de una cirugía, de lesiones graves, de viajes largos, en casos de cáncer, con la toma de algunas píldoras anticonceptivas, etc.
Los principales síntomas del tromboembolismo pulmonar son: dolor en el pecho, mareo, dificultad para respirar, inflamación y dolor en las piernas, tos con expectoración sanguinolenta, cianosis, entre otros más.
Su tratamiento consistirá en diluir la sangre y suprimir a cualquiera que sea el agente que esté obstruyendo las arterias pulmonares, de modo que, si se atiende a tiempo, puede ser una enfermedad de relativa fácil resolución.
Cáncer pulmonar
Sin duda alguna, una de las más mortales no solo cuando hablamos de enfermedades pulmonares graves, sino de enfermedades en general.
Su causa no se encuentra del todo bien identificada, aunque así que se han descrito algunos factores de riesgo como el tabaquismo, la exposición a ciertos agentes como el asbesto, algunos gases como el radón, los altos niveles de contaminación en el aire, entre otros más.
Sus principales síntomas son: dolor torácico, tos que no desaparece, tos con sangre, fatiga, pérdida de peso, dificultad para respirar, ronquera, entre muchos otros más.
Su tratamiento es a base de cirugía, quimioterapia y radioterapia. Cabe resaltar que la eficacia del mismo dependerá de muchos factores, como es el caso del nivel de respuesta inmunológica de la persona, del estadío en el cual se encuentre el cáncer, si ha invadido ganglios linfáticos o si ha hecho metástasis a otros órganos.