¿De qué hablamos cuando hablamos de salud?, ¿ de qué hablamos cuando hablamos de enfermedad?, ¿somos totalmente sanos?, ¿somos totalmente enfermos?, ¿se puede estar sano y enfermo a la vez? Estas son algunas de las interrogantes que nos hacemos al hablar de la salud y la enfermedad. Pero el proceso salud-enfermedad es mucho más complejo de lo que aparenta, pues comprende la interrelación entre tres grandes disciplinas que estudian al ser humano: biología, psicología y sociología.
A lo largo de este artículo intentaremos responder desde diferentes perspectivas esas interrogantes que tanto nos inquietan sobre la salud y la enfermedad.
Punto de vista histórico del proceso salud-enfermedad
Durante la época del paleolítico se concebía que la pérdida de salud y por consiguiente, la contracción de la Enfermedad era causada por espíritus, agentes sobrenaturales y hechiceros. La enfermedad se veía como lo malo y lo transgresor. Estar enfermo era sinonimo de culpa y castigo de los dioses; a consecuencia de ésto, existía una íntima relación con los rituales y las creencias religiosas.
Hipócrates en el siglo V a.c cambia esa concepción de enfermedad, al afirmar que la enfermedad es causa de las realidades terrestres, y no un maleficio o castigo de los dioses.
Entendemos que el concepto-salud enfermedad depende de la cultura; pues esta es la que suministra el patrón que define la forma de estar o ser sano.
Antiguamente los médicos entraban una vez por día a los hospicios, pues éstos estaban en manos de personal religioso, pero con el pasar del tiempo la medicina fue ganando espacio en el terreno sanitario hasta convertirse en una disciplina hegemónica y dominante a la hora de decirnos si estamos y/o somos o no sanos o enfermos.
Modelo biopsicosocial del proceso salud-enfermedad
Hay diferentes teorías o corrientes de pensamiento que nos dicen cómo ser sano o enfermo, o que es lo sano y que es lo enfermo; pero posicionándonos desde el paradigma de la complejidad entendemos a la salud y la enfermedad como un proceso continuo, en donde un polo no existe sin el otro, es decir, nunca estamos del todo sanos o del todo enfermos.
Tomar este proceso de salud-enfermedad como un continuo implica abordar al ser humano en su complejidad, tomando aspectos biológicos, psicológicos y sociales, sin quedarnos en un reduccionismo dicotómico en donde sólo se aborda lo psicológico, lo social o lo biológico por separado.
Cuando hablamos de tomar al ser humano en su complejidad, intentamos lo contrario de un reduccionismo dicotómico, es decir, intentamos interrelacionar los diferentes niveles de análisis, en este caso bio-psico-sociales. Si nos posicionamos frente a un ser humano veremos estos tres niveles interactuando recíprocamente para dar lugar a ese sujeto en situación.
En este sentido, diferentes disciplinas se encargan de diferentes partes de este ser que tan complejo se presenta; por ejemplo la psicología se encarga de lo psicológico, la medicina de lo biológico, la sociología de lo social, entre otras tantas disciplinas que toman al ser humano como objeto de estudio. Por eso para abordar un poco de este basto campo de estudio es importante el trabajo multidisciplinario, en donde conjuntamente diferentes disciplinas construyen y deconstruyen el continuo proceso entre la salud y la enfermedad.
¿Qué es la salud?
Debido a las grandes luchas de poderes entre las disciplinas a lo largo de la historia muchas veces nos quedamos con el concepto de que medicina es un sinónimo de salud, lo que es un grave error.
En 1946 la OMS define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente en ausencia de la enfermedad.
Una definición más profunda de salud propone que, la salud se encuentra comprendida por una combinación de estados físicos, psicológicos y sociales, donde la armonía y sincronización de dichos estados proporciona el bienestar total del ser humano.
Por mucho tiempo la salud ha sido malinterpretada en la sociedad, mal representada por los medios de comunicación y deformada para ser utilizada como sinónimo de delgadez o fuerza física. Se creía que la salud podía ser únicamente estudiada por la medicina, ya que solo se encontraba relacionada al bienestar físico. Por ejemplo, años atrás si teníamos un dolor de espalda y acudíamos al médico quizás éste nos diría que tomemos un relajante muscular que se nos pasará el dolor.
Hoy en día, gracias a la incorporación de nuevos métodos de estudio en el campo de la medicina y, el trabajo multidisciplinario, el doctor puede indagar más acerca de nuestra salud. Puede hacernos preguntas para investigar si la causa subyacente del dolor es solo física o hay algún factor social o emocional que lo genera. Si le decimos que estamos pasando por una situación de estrés debido a una complicada situación, éste quizás nos mandará un relajante muscular, pero también nos podrá incentivar a visitar a un profesional de la salud mental para tratar nuestro problema emocional, puesto que por más medicamentos que se tomen, si el problema emocional no se dilucida y se resuelve, el dolor difícilmente cesará.
Por otro lado el dolor podría ser causado por el entorno, pues si estamos viviendo en una sociedad en donde las condiciones habilitan el padecimiento de ciertos cuadros clínicos, siempre seremos más propensos a padecerlos.
Aquí encontramos tres respuestas a un mismo dolor, por lo tanto es importante pensar y pensarnos como seres en continuo movimiento, seres cambiantes, en donde uno no es ni sólo enfermo ni sólo sano.
Tipos de salud
Al hablar de salud hacemos referencia a tres tipos diferentes relacionados entre sí: salud física, psicológica y social.
Salud física
La salud física es el estado en el que se encuentran las estructuras y sistemas corporales. Ésta consiste en el buen funcionamiento del organismo. Cuando la salud física no se encuentra en homeostasis, se experimentan signos y síntomas de manera interna y externa. Estos signos y síntomas puede incluir dolor o cualquier cosa que se manifieste físicamente dentro y fuera del cuerpo.Salud psicológica, mental o emocional
La salud psicológica o salud mental hace referencia a la condición de la mente y su capacidad para equilibrar las emociones y sentimientos. Esto incluye las respuestas al estrés, a las situaciones de la vida diaria y a la consciencia que tenemos de nuestros propios sentimientos.
Algunas personas llamadas “insanas”, pueden ser conscientes de su mala salud mental pero su falta de voluntad las hace indispuestas a sanar.
Salud social
Como todo ser humano, prosperamos en las conexiones con los demás, pues somos una comunidad global y necesitamos interacciones a diario para sentirnos satisfechos. La salud social involucra la calidad de nuestras relaciones sociales y los tipos de relaciones presentes en nuestra vida. Estos tipos de relaciones abarcan: familia, amigos, compañeros de trabajo, pareja, etc. Todos los integrantes de nuestro entorno impactan en nuestra salud social.
Es sabido que la socialización y el vínculo corresponden a una de las necesidades del ser humano para alcanzar su desarrollo personal, puesto que no podemos prosperar en aislamiento; necesitamos apoyo emocional y físico para estar satisfechos.
¿Qué es la enfermedad?
Al igual que ocurre con la salud, la enfermedad se puede dividir de acuerdo al enfoque multidisciplinario de tres disciplinas: biología, psicología y sociología.
Desde el punto de vista biológico, la enfermedad puede definirse como un proceso patológico o una desviación de una norma biológica. A veces la enfermedad puede verse como un sentimiento, una experiencia de falta de salud que es completamente personal e interior, y no siempre puede ser descrita con palabras.
Si bien las enfermedades hereditarias son comunes, existen muchos factores conductuales y psicológicos que pueden afectar el bienestar físico general, causando lo que llamamos enfermedad.
La enfermedad también es un rol social; un estado; una categorización que responde a los prejuicios sociales, entre la persona -de ahora en adelante llamada “enfermo”- y el entorno. Al igual que ocurre en la sociedad -donde el que mayor status social tiene es el que más importa-, cada “enfermo” es ubicado en diferente categoría de acuerdo al grado de su enfermedad, por tanto, la posesión de la enfermedad no garantiza equidad dentro de la misma. Por ejemplo: quienes presentan una enfermedad mortal se ubican en el nivel más importante de la escala de enfermedad, seguidos por aquellos que presentan una enfermedad crónica, que están mucho menos seguros que aquellos con una enfermedad aguda y que aquellos con una enfermedad psiquiátrica.
Psicología de la salud
El campo de la psicología de la salud se centra tanto en la promoción de la salud como en la prevención y el tratamiento de enfermedades. Esta rama de la psicología se encarga en predisponer espacios que van en pro de la motivación por el cuidado de la salud y la detención precoz de factores psicosociales de riesgo de enfermedades, propiciando su modificación, y tratando fundamentalmente de poder sostener ese espacio y lo que de él devenga.
A medida que más personas buscan controlar su propia salud, más personas buscan información y recursos relacionados a ésta. Los psicólogos de la salud se centran en educar a las personas sobre su propia salud y bienestar, por lo que son perfectamente adecuados para satisfacer esta creciente demanda.
El rol del psicólogo de la salud es comprender cómo las personas reaccionan, se enfrentan y se recuperan de la enfermedad. Además contribuye al progreso del sistema de atención médica y a cambiar la mirada social de la enfermedad.
Sin dudas, comprender los procesos de la salud, ser conscientes del funcionamiento y de la relación entre nuestro cuerpo y nuestra mente, nos otorgará los conocimientos necesarios para mantenernos en armonía con nosotros mismos y disfrutar de una plena salud.