PROCRASTINAR EN PAREJA (llegando tarde)

Por Mayte Leal @MayteLealRomero
Mario acudió a terapia con una demanda muy clara: “quiero cambiar algunas cosas en mi forma de ser porque sino la perderé”
No es extraño oír algo así en consulta. A menudo obedece a un “despertar tardío”.
Cuando la motivación para el cambio no proviene de uno mismo sino que es fruto de un ultimatum lanzado por la pareja, probablemente hace ya largo tiempo, entonces, el pronóstico suele ser poco halagüeño.
Sorprende como los adultos imitamos más de lo deseable el comportamiento infantil que hace años legitimó nuestra conducta. Es propio de los niños buscar excusas, simular estar enfermos para evitar ir al cole o posponer indefinidamente los deberes. Sin embargo, muchos adultos parecen no haber superado esta fase de evitación, que a día de hoy llamamos de un modo más sofisticado, procrastinación, que no es otra cosa que posponer una y otra vez las tareas o responsabilidades que solo a nosotros nos pertenecen.. Buscamos formas extravagantes para justificar nuestra dejación, atribuyendo a factores externos nuestra imposibilidad de hacer lo que tenemos que hacer. Excusas.
En la vida de pareja puede adoptarse un funcionamiento parecido: desoír las necesidades del otro, no tomar en serio sus deseos de que algo sea distinto, y no tomarnos el tiempo para hablarlo, discutirlo o negociarlo, es una forma de posponer los problemas. Ignorar las quejas o anhelos sólo implica falta de interés en el bienestar del otro, y por lo tanto, poco entusiasmo en vivir una buena vida en pareja.
A menudo, después de un tiempo de vivir en el “mañana lo haré”, y ese día no llegar nunca, suele ocurrir lo predecible, que la pareja se cansa de esperar, y sospechando lo improbable del cambio deseado, se acaba alejando emocionalmente, poco a poco, casi sin darse cuenta. Y entonces, su pareja descubre que apuró demasiado, y correrá a hacer, no motivado por su propia necesidad de cambio sino forzado por el miedo a la ruptura.
El problema es que se llega tarde. Cuando él llegó, ella ya se había ido.
Y entonces sueles oírles decir: ¡Pero si AHORA estoy haciendo lo que me pedía!
Sí, pero AHORA es tu Mañana y para ella tu ayer...Demasiado tarde.