Es este un clásico de las paredes españolas. Tantos locales vacíos y destinados a acumular polvo... Está claro que propietario de esta propiedad y otra anexa quiso dejar bien claro que no le pusieran carteles en esa fachada de ladrillo con unas cuantas decenas de años. La magnitud de las letras blanquecinas no hace otra cosa que llamar la atención al viandante porque destaca sobremanera. Quizás esa fue la intención. No hay un se alquila o se vende, ni teléfonos de contactos para comerciar con él. Sólo un prohibido fijar carteles. Yo si tuviera un local lo pintaría cada seis meses con colores muy llamativos para atraer clientes y sacarle partido pero se ve que aquí sólo están interesados en prohibir como en tantas otras facetas de la vida. Como ya he comentado alguna vez, ¿Seríamos capaces de hacer realidad en nuestras vidas, en nuestros trabajos la cita de:"Lo que no está prohibido, está permitido" Geolocalización