La levadura de cerveza es un hongo unicelular (sacharomyces cerevisinas) que se obtiene de la descomposición del gluten de la malta o cebada. Una vez se obtiene, se desactiva, se lava y se seca para su consumo. Es rica en proteínas, ácidos grasos insaturados, fibra, vitaminas (especialmente del grupo B), y minerales (cromo, hierro, zinc, fosfatos, potasio). Por tanto, la levadura de cerveza ayuda a mejorar la piel, el estado de las uñas y el crecimiento del pelo. Además, mejora nuestro sistema nervioso, regula los niveles de glucosa en sangre, reduce el colesterol “malo” aumentando el colesterol “bueno” y evita la anemia ferropénica. Su alto contenido en ácido fólico hace que sea muy apropiado en el embarazo. Por otra parte, puede ser útil para personas que llevan a cabo una actividad física o psíquica muy intensa, para hipertensos, para vegetarianos o para personas que sufren de estreñimiento. Se comercializa en forma de polvo y puede ser utilizada espolvoreándola sobre yogurt, cremas, sopas, verduras, ensaladas, legumbres o leche.