Propiedades de las Semillas
Las semillas tienen en su interior toda la fuerza vital que las hace germinar y a acabar convirtiéndose en una hermosa planta.
En el interior esta el embrión y, en el exterior, el alimento para sustentar la germinación y una capa protectora que lo aísla del medio. Incluirlas en la dieta significa aprovechar toda esa energía concentrada y, a la vez, las cualidades de la planta en potencia. Por ello han sido, y siguen siendo, un alimento valiosísimo.
Existen tres grandes grupos de semillas: los cereales (ricos en almidón), las legumbres (ricas en almidón, fibra y proteínas) y los frutos secos y semillas oleaginosas (ricas en proteínas y lípidos). Son estas últimas de las que vamos a hablar.
Mientras que los cereales y legumbres constituyen la base de la alimentación humana y se consumen cocidas, las semillas oleaginosas se utilizan como complemento. Se tuestan, se muelen, se transforman en aceite o se comen crudas…
Las más populares en la cocina son las de lino, amapola, calabaza, girasol, sésamo, mostaza y fenogreco.
En general, nos dan energía, proteínas, grasas saludables y buenas dosis de vitaminas y minerales. Combinadas entre si resultan remineralizantes y una buena fuente de ácidos grasos esenciales.
Seguir algunas pautas facilita su asimilación, como masticarlas a conciencia, o molerlas tras un breve tostado.
Deben conservarse en un lugar oscuro y bien tapadas para que no se enrancien.
Cada semilla es un mundo y conviene destacar sus particularidades
Amapola
De suave efecto relajante y muy ricas en calcio y otros minerales.
Calabaza
Muy ricas en ácidos grasos omega-6. Aportan cinc, magnesio, fósforo y también hierro, además de vitamina E.
Girasol
La alta proporción de omega-6 sobre omega-3 las hace menos cardiovasculares que otras semillas, pero aportan abundantes vitaminas (E, K y B1), y minerales (fósforo, magnesio, hierro y selenio).
Sésamo
Su sabor parecido a la nuez mezclado con el sabor del café se acentúa al tostarlo. Son una gran fuente de vitaminas y minerales en especial (calcio y magnesio).
Lino
Formadas por grasas, proteínas y fibra casi a partes iguales, constituyen la mejor fuente vegetal de omega – 3. Ayudan a regular el colesterol, mejoran el tránsito intestinal y poseen propiedades antioxidantes, anticancerígenas y estrogénicas.
Mostaza
Suelen usarse para elaborar la salsa de mostaza. Son ricas en selenio y se consideran anticancerígenas y antiinflamatorias.
Hinojo
Las semillas de hinojo favorecen la digestión y mejoran los cólicos del lactante y el mal aliento.
Fenogreco
Pertenece a las leguminosas, por lo que contienen más proteínas que otras semillas. Aportan vitaminas del grupo B, hierro y fósforo. Son laxantes y un buen tónico digestivo y hepático.
Todas ellas pueden utilizarse en la cocina para aderezar todo tipo de platos, enriqueciéndolos con sus nutrientes.
Combinaciones sanas
Si combinamos las legumbres con semillas se producen proteínas de mayor calidad. Un ejemplo es una ensalada de legumbres con pipas de calabaza o girasol, o un humus o paté de garbanzos con crema de sésamo, o unas lentejas aliñadas con semillas molidas.
Para condimentar arroces, pastas y verduras e incrementar su aporte de ácidos grasos esenciales puede emplearse una mezcla de semillas de lino, sésamo y girasol o calabaza a partes iguales.