Cada 1 de Enero empezamos con la misma frase: “Este año va a ser diferente”.
Puedes prometerte que este es el año en el que finalmente vas a hacer ejercicio, pasarás menos tiempo sentado delante de la televisión, comerás más saludable, pasarás menos tiempo en el trabajo o dedicarás más tiempo a la familia y a tu pareja. También puedes prometer que dejarás de fumar, que estarás menos estresado, o que no permitirás nunca que la ropa sucia se te amontone.
Algo que nos llama la atención, es que mucha gente se ha prometido no hacer propósitos en el año nuevo porque sienten que es una pérdida de tiempo, piensan que no es posible llevarlos a cabo y que sólo los harán sentirse más frustrados al final del año.
¿Por qué no hacer de este año tu mejor año?
No vamos a alcanzar ese sentimiento de éxito escribiendo nuestros propósitos en un papel si no hacemos algo para poder conseguirlos.
Ojeando por internet, descubrí un estudio que calculaba que alrededor del 20% de los propósitos que hacemos al empezar el año se pierden la primera semana de Enero. Increíble, ¿verdad?
La gran pregunta es: ¿Por qué? Y la otra aún más importante: ¿Qué podemos hacer para remediarlo?
Os acerco una lista de 3 pensamientos que vamos a cambiar este año:
1, El pensamiento de Todo o Nada. Cuando nos proponemos alcanzar un objetivo, no debemos pensar que todo va a ser un éxito, y que nuestra felicidad dependa de ello. En el camino que vamos a recorrer hasta alcanzarlo, tendremos éxitos (que será obligatorio felicitarnos cuando los alcancemos), pero también fracasos, y de ellos son de los que tenemos que aprender
2, El efecto Avalancha. Todos hemos vivido este efecto alguna vez, sobre todo cuando hemos tomado la decisión de ponernos a dieta. ¿De qué trata el efecto Avalancha? De pensar que se está “en” una dieta o “fuera” de ella: los extremos. Cualquier pequeño obstáculo nos lleva a pensar que se ha “roto” la dieta y nos sentimos mal. Saltársela un día no es negativo, pero sí el pensamiento que se acopla en nuestra cabeza. Se trata de un momento puntual donde esa caída menor no tiene por qué tener los efectos de una caída mayor.
3, No tener un Plan. “X propósito de año nuevo” se nos queda muy lejos, de ahí que aquel 20% de los propósitos se pierdan durante la primera semana del año. Nos debemos poner metas reales y a corto plazo. Se trata de desglosar ese propósito para poder tratarlo poco a poco. En el caso de las dietas como hablábamos, no es necesario que en la primera semana todos los días se tenga que comer saludable, pero sí concretar un día p.ej de comer pescado. Un día a la semana comer pescado, no es tan duro ¿no creéis? Muchas veces se trata también de cambiar el punto de vista, de hacerlo más atractivo, solo así mantendremos viva nuestra motivación y la confianza en nosotros mismos
Por supuesto que podemos, solo tenemos que echarle ganas.. y sonreír