Propuesta de a-cero para complejo residencial en la costa del sol

Por A-Cero Blog

Hoy os mostramos un nuevo proyecto desarrollado este año por el estudio A-cero, dirigido por Joaquín Torres y Rafael Llamazares, para una importante promotora del sector inmobiliario español. El proyecto se ubica en una zona privilegiada, un conjunto de suelo residencial que conforma una parcela con un total de 18.024m2 y una edificabilidad de 9.315m2. La propuesta busca agotar la edificabilidad a la vez que pone en valor el entorno natural en el que se implanta, potenciando la relación visual y espacial con el mar y la vegetación.

Es una parcela muy especial, se cuida mucho el entorno y utiliza materiales naturales como la piedra autóctona.  La propuesta planteada, greenHOME, surge con vocación de reinventar el concepto de Pueblo Mediterráneo. Mediante el uso flexible de un lenguaje moderno y un estudio meticuloso del sistema natural del emplazamiento, se busca una solución sensible y a la vez espectacular.

Se plantean 70 viviendas, de 4 tipologías distintas, distribuidas en seis volúmenes edificatorios distintos, conformados en función de la ubicación de cada uno de ellos, y distintos entre sí gracias a las distintas tipologías y el juego de volúmenes en fachada.

Una arquitectura que se adapta a la topografía buscando las mejores vistas, visualmente muy atractiva y en la que priman la racionalidad y el uso de materiales de calidad y buen envejecimiento. El concepto de pueblo mediterráneo se reinterpreta y moderniza, creando volúmenes edificados con alturas distintas, adaptándose a la realidad topográfica y a las normas urbanísticas de aplicación. Volúmenes que se interconectan entre sí mediante elementos arquitectónicos ligeros y plataformas.

Se potencia, como valor conceptual de la propuesta, la horizontalidad en los volúmenes edificatorios resultantes mediante el juego de vuelos y terrazas en fachada. La premisa es conseguir una parcela para ser disfrutada, un espacio natural en el que se generan recorridos y espacios interesantes para los residentes, para vivir al aire libre.

Las edificaciones se adaptan al terreno, desdibujando el límite entre arquitectura y naturaleza mediante el empleo de elementos vegetales y materiales naturales y para un mayor aprovechamiento de los espacios libres. Los aparcamientos y trasteros se soterran, de forma que ni visual ni espacialmente las circulaciones invadan este espacio libre y de esparcimiento.

Se cuidan al máximo los límites de la parcela, diferenciando cada uno de ellos y usando elementos naturales para conseguir un conjunto cerrado sin crear límites drásticos. En el límite inferior se potencia la relación con el mar, creando una lámina de agua, con arena, de forma que la playa parezca formar parte de la parcela. En esta zona se plantea el espacio común de interrelación, equipamientos comunes (piscina, gimnasio…) que ocupan un lugar privilegiado dentro delc onjunto edificatorio, y que se conecta con la totalidad gracias a los distintos recorridos de peatonales y de running que se proyectan. En el límite superior de la parcela se ubica también una pista de padel.

Las viviendas proclaman su propia identidad diferenciándose de las demás mediante juegos de volúmenes y terrazas. Se materializan con una distribución clara y funcional que busca las mejores vistas y la mayor entrada de luz natural. Viviendas pensadas para disfrutar el entorno y los espacios exteriores. Las edificaciones se conforman distribuyendo las viviendas en torno a un núcleo central de comunicaciones y servicios, de forma que todas las estancias se vuelcan hacia el exterior.

Las tipologías que se desarrollan dentro de esta propuesta son cuatro, en función del número de dormitorios. Se plantean 70 viviendas distribuidas en: 4 unidades de 5 dormitorios, 17 unidades de 4 dormitorios, 28 unidades de 3 dormitorios y 21 unidades de 2 dormitorios.

Los bloques de viviendas que se plantean, son flexibles y distintos entre sí, en función de las distintas tipologías que albergue cada uno. Esto consigue una arquitectura no repetitiva, que aporta valor y diferenciación a la urbanización y a cada vivienda, y permite que en fases de proyecto posteriores la distribución y número de cada una de estas tipologías se puede adaptar en función de las necesidades del promotor.

Todas las viviendas se plantean para disfrutar de su propio jardín privado. En planta baja, disfrutan de su propia parcela con piscina; en planta alta, están dotadas de ático solarium también con piscina; y en planta primera se proyectan terrazas con importantes jardineras, que consiguen generar pequeños jardines privados en altura, con espectaculares vistas al mar.

Tanto los trasteros como los aparcamientos y las instalaciones se plantean en planta sótano, de forma que la parcela se encuentra liberada, para total uso y disfrute de los residentes, integrándose así en el entorno natural circundante.