Me he propuesto terminar la semana con un post sobre el perfecto anfitrión, pues todos tendremos que serlo algún día durante las Navidades, o no?
Todo anfitrión debe considerar siempre en cualquier tipo de ocasión especial la elegancia como la reina de la mesa, el éxito de una comida, en parte, es una mesa bien vestida. Es el momento perfecto para lucir una buena vajilla, cubertería y cristalería.
Debemos también, seguir un orden establecido a la hora de colocar cada elemento encima de la mesa (mantel que tenga una buena caída y siempre que tape las patas de la mesa, platos, vasos, cubiertos) y revisar individualmente cada elemento de la mesa en cuanto a estado y limpieza antes de colocarlo para evitar sorpresas una vez sentados, cuando ya es demasiado tarde para realizar cualquier cambio.
Los detalles decorativos también son importantes a la hora de vestir la mesa, las flores aportan un toque que refleja la personalidad y el gusto del anfitrión, aunque éstas siempre tienen que ser discretas para no tapar la vista de otros invitados.
Una combinación armoniosa de colores entre mantel y vajilla es un detalle a tener en cuenta. Intentar escoger tonos suaves. Por lo general, el mantel siempre será de color claro, siendo en una mesa el blanco el color de la elegancia por excelencia. Una gran mayoría de vajillas pueden tener varias tonalidades o un motivo discreto que permiten conjugarlas con el color del mantel a utilizar.
Escoger los tipos de cubiertos adecuados al menú. Si tenemos cubiertos para pescado utilizarlos si hay este plato en el menú y no tenedores de otro tipo. No hay que olvidar que la correcta colocación de los cubiertos en la mesa va en función del orden de platos y su utilización para comer parte del sitio más lejano del plato hacia el más cercano. Los cubiertos de postre son la excepción y se sitúan en la parte superior.
Mantener suficiente espacio libre en la mesa para que los invitados puedan sentirse cómodos al realizar movimientos e indicar a cada persona dónde debe sentarse para evitar malentendidos.
La iluminación debe ser la adecuada en el lugar donde se celebra el evento, en este caso la mesa, siendo una parte fundamental de la ambientación. Se recomienda el uso de una luz más bien tenue que fuerte; aquí conviene resaltar que el uso de candelabros con velas en la mesa solo es para la noche y que tienen que estar encendidos siempre.
Mantener la sencillez como máxima. Hay que cuidar los más mínimos y numerosos detalles sin llegar a sobrecargar el espacio disponible.
Y con este post os deseo una MUY FELIZ NAVIDAD llena de amor, paz y familia.