Espejismo. Vivimos en un espejismo, en una situación vital en la que no podemos creernos la realidad, pero necesitamos creer que aún tenemos cierta capacidad de elegir nuestro destino, un libre albedrío. Hace un año, cuando este vino aún era un secreto de sus viñas, no podríamos ni imaginar lo que hemos vivido, y lo que nos queda por venir. Espejismo porque creemos que hemos recuperado la libertad, pero salvo en las cabezas de los insensatos y los utópicos, seguimos presos, confinados, aferrados a un recuerdo que ya no volverá. En estas últimas semanas, todos hemos experimentado esa sensación de necesitar respirar, gritar de rabia, expulsar de nosotros nuestros miedos, nunca tan presentes y peligrosos. Hemos quedado con amigos, familia, hemos intentado reír en terrazas, disfrutar de los restaurantes, pero nunca se va esa sombra de la cabeza, ese recuerdo a los que ya no están con nosotros, esa reminiscencia de lo que fuimos no hace demasiado tiempo. Tengo amigos que han perdido familia, parejas, conocidos, y que luchan con todas sus fuerzas por salir de esa tristeza, no siempre bien gestionada, y nunca justa. Nuestra mente desea vivir anestesiada de ese dolor, de esos pensamientos de supervivencia, buscando una esperanza que lucha duramente contra la lógica.
Hace meses comenté que lo peor del COVID19 sería las secuelas en nuestra conciencia colectiva, como nos volveríamos mucho más individualistas y menos empáticos. Todos sabemos que no saldremos mejores de esta. Yo he sido muy afortunado, nadie cercano ha sufrido el COVID19 aún, pero el miedo sigue estando ahí, en cada copa de un bar, en cada nuevo ajuste de la mascarilla en la nariz, en cada nueva persona que se acerca sin ella. Espero pronto romper esa mala rutina. Tengo muchas ganas de volver a visitar bodegas, de volver a tomar vinos con amigos y aficionados, a volver a ser libre de verdad, ya que el disfrute sin libertad no es más que, sí, un espejismo. Un vino nos recuerda un año, un lugar, y mientras ese vino se precipita en nuestra copa, iniciamos un viaje, corto las más de las veces, pero que nos aleja de ese estado de ánimo peligroso. Quizás nunca me sentí más afortunado de ser devoto de Dionisos, de tener mi propia y humilde vinoteca, y cuando la mente lanza sus fantasmas goyescos, saber que puedo escapar de ellos con un poco de mi propio vino, como así sucedió con este Protos Verdejo que hoy os traigo al blog.
El Protos Verdejo 2019 está elaborado por Bodegas Protos desde La Seca, y pertenece a la D.O. Rueda. Esta bodega cuenta con nada menos que 177 hectáreas de verdejo, elaborando vinos de verdejo desde 2006. Su alma mater ribereña, Las Bodegas Protos, en Peñafiel, es la bodega más visitada de la D.O. Ribera del Duero, superando ampliamente los 30000 visitantes al año, y hace unas semanas aparecía en prensa económica como Protos mantenía los niveles de venta a pesar del confinamiento, gracias a las ventas por internet. Hoy nos centramos en este vino que supone la entrada de gama de sus vinos blancos, aunque ya elaboran otros vinos con verdejo, desde el Protos Fermentado en Barrica hasta el Protos Verdejo Ecológico. Este verdejo está elaborado con uvas procedentes de viñedos de unos 15 años, vendimia nocturna, con unos rendimientos de 7500 kg/ha. con una crianza con sus lías de tres meses. Presenta un color dorado pálido, con destellos acerados, algunos restos de las lías, lagrima fina y de rápido recorrido para un voltaje de 13º. Discreta nariz, hierba recién cortada, notas herbáceas de hinojo. Buena entrada, potente acidez, cuerpo medio, notas tropicales que no encontrábamos en nariz, pero si se marcan en boca, y un final con notas herbáceas, y discreta persistencia. Me dejó un poco a medio camino, aunque tampoco me fío mucho del lugar de donde lo saqué.
R.
DO RUEDA VERDEJO LA SECA BOdegas protos
- Menade Verdejo Ecologico 2019
- 24 mayo 2020
- Hermanos Lurton Verdejo 2017
- 3 mayo 2020
- Campo Elíseo Cuvée Alegre 2018
- 4 diciembre 2019