Hoy os traemos otro proyecto emmme que os queremos contar. Uno de esos que nos ha enseñado a que las cosas llevan su tiempo y que las decisiones acertadas son aquellas que se reflexionan.
Alicia contactó con nosotras hace dos años porque quería ampliar su salón ganándole el espacio que en ese momento ocupaba la cocina, y llevarse está a otra habitación de la vivienda.
La verdad es que no hemos visto salón con una luz tan bonita en mucho tiempo y a pesar de que las dimensiones ya eran considerables, para ella era importante esa sensación de amplitud.
Por otro lado, la cocina no era nada útil y estaba cansada de la incomodidad que le suponía, así que era una oportunidad para ganar por todos los frentes.
Además, la vivienda pedía a gritos la renovación de todo el sistema eléctrico, y el saneamiento, alisado y pintura tanto de paredes como de las tuberías de calefacción que iban vistas y le daban a la casa un toque de personalidad.
Hicimos el proyecto que ahora os contaremos y que os adelantamos que fue el que finalmente se llevó a cabo, pero cuando vimos presupuestos estaba le entraron las dudas de si dejar la cocina en el mismo sitio que estaba actualmente. Muchas veces os planteamos que si vosotros queréis algo realmente de una manera y el presupuesto es lo que os lo impide, se puede plantear por fases o esperar un tiempo para ahorrar lo necesario, pero que intentéis no suplirlo con parches porque, al final, es una inversión que aunque sea menor, no os va hacer felices y con el tiempo pueden llegar los arrepentimientos.
Así que casi después de dos años empezó la obra y esto fue lo que se hizo:
Se decidió tirar el tabique que separaba la cocina del salón, pero al no levantarse todo el suelo, hubo que buscar una solución para el “hueco” que dejaba el antiguo tabique. Y cual fue nuestra sorpresa que cuando se picó el tabique apareció una malgama de tuberías que iban y venían no se sabía muy bien ni donde ni cómo.
Os contamos esto porque es el tipo de problema que no se puede preveer, nos encantaría tener visión infrarroja (nos pediríamos ese superpoder seguro) pero esto de ser mortales comunes es lo que tiene. Así que con el buen hacer de los oficios y los años de estudio de instalaciones en arquitectura resolvimos aquel contratiempo. Estéticamente como remate, se optó por una lama metálica lacada en blanco mate que estaba en armonía con el resto del salón y podía servir en un futuro para delimitar un espacio de música y lectura.
Por otro lado, aprovechando que teníamos la oportunidad d empezar de cero con la cocina, se hizo un proyecto a medida para que fuese muy cómoda de utilizar y se adaptara al día día de Alicia, por ejemplo, con un armario donde se aojaban los pequeños electrodomésticos del desayuno en un cajón extraíble para que se pudiese usar directamente y quedase oculto una vez cerrada la puerta.
Y sobre todo, muy luminosa, ya que la estancia no tenía mucha luz natural. Por eso y porque Alicia quería un espacio muy neutro donde descansar la vista, se eligió todo en blanco y se eligió la iluminación adecuada.
Esta base blanca le permite una cocina muy cambiante al poder usar accesorios de cualquier color y tipo. La mesa en madera le da el punto de calidez.
En este tema la parte técnica, fue sacar para la nueva cocina toda la fontanería y el saneamiento de un baño que estaba cerca pero que había sido renovado recientemente y se iba a conservar.
Alicia está muy contenta con el resultado y nosotras también porque el trato con ella fue súper fácil y muy abierto.
Y a vosotrxs ¿Qué os parece el resultado?