Empezamos el mes pasado con los posts sobre nuestros proyectos y hemos cogido carrerilla, así que allá vamos con un nuevo proyecto salido del horno emmme: el piso de Ana y Eduardo, una pareja encantadora que contactó con nosotras a principios de 2019, y tras cerrar la compra de su vivienda en febrero, nos pusimos a tope con el proyecto y la obra que terminamos en agosto del año pasado, ¿quién quiere saber más?
Desde el primer encuentro con Ana y Eduardo en nuestro estudio tuvimos una conexión especial, lo que se ha visto reflejado en el proyecto y su resultado, y es que da gusto cuando los clientes te tratan con respeto, cariño y confían en tu criterio profesional. Y no lo decimos sólo nosotras, cada uno de los oficios que pasó por la obra nos decía: ‘que majos son los dueños, así da gusto trabajar!’
ESTADO PREVIO
El piso parecía sacado de Cuéntame, de cuando empezó la serie: puertas en sapelli oscuras, gotelé hasta en las tuberías, una cocina minúscula y varias lámparas y cuadros vintage. Pero Ana y Eduardo supieron al instante que ese era su piso cuando vieron la fabulosa terraza con vistas a toda la zona sur de Madrid. Para morir de amor. Otra cosa que nos encantaron a todos fueron las ventanas: de madera y con la hoja asimétrica.
La distribución se basaba en un pasillo en el lado sin ventanas por el cual se accedía a todas las estancias, que eran de tamaño muy reducido. La sensación al entrar era de estar en Humor Amarillo y no saber por qué puerta tenías que pasar. Y para terminar de liarte, un espejo de cuerpo entero en la entrada. Pero cuando cogías la puerta de la terraza, se te pasaba todo. Cabe hacer especial mención a la fuentecilla-cáliz del fuego que había al acceder al espacio de la terraza. Adorable.
EL PROYECTO
Ana y Eduardo tenían la siguiente lista de deseos para su casa: dos dormitorios, un baño, cocina comunicada con el salón y que parte de la terraza se pudiera disfrutar durante todo el año. Como referencia de sus gustos, trabajamos con imágenes que combinaban blanco con madera, toques en negro y mucha vegetación para conseguir espacios que les proporcionaran el bienestar que deseaban en su casa.
Decidimos plantearles varias opciones, tanto de distribución completa de la vivienda (incluso una con dos baños, por si acaso les convencía) como de formas de cerramiento de zonas de la terraza, que era un punto imprescindible para ellos. En la primera opción mantuvimos el esquema original incorporando dos baños y una parte de la terraza para un pequeño office y lavandería en la cocina; en la segunda, le dimos la vuelta a todo, incorporando algo de espacio a dormitorio principal y salón, y una idea de unas ‘cajas de madera’ para las terrazas cerradas; y en la tercera mantuvimos la disposición original de la zona de noche y nos llevamos la cocina al extremo de la casa para crear una zona de día visualmente más abierta.
De todas las distribuciones, la que más se adecuaba a sus necesidades fue la 3, pero le dimos otra vuelta de tuerca: incorporamos la idea de las cajas de madera (que les encantó) en el salón y dormitorio principal. Así aprovechábamos parte de la terraza para disfrutarla todo el año, como ellos querían. También ampliamos la cocina, que era para ellos el centro del hogar, y dejamos una amplia terraza abierta para disfrutar de una fabulosa orientación sur todo el año y unas vistas preciosas de la zona sur de Madrid.
La idea de las cajas de madera se convirtió en un imprescindible. Encontramos una imagen en Pinterest que nos dio la idea para incorporar parte de las terrazas de manera original. A Ana y Eduardo les encantó y no se imaginaban ya su nuevo hogar sin ellas. Para el alicatado de la cocina, ya que no pudimos poner terrazo, Ana encontro una idea en internet con azulejos triangulares que le encantó, ¡trabajo en equipo! También decidimos dejar vista la estructura metálica original de la vivienda y diseñamos una gran puerta de suelo a techo para el estudio, de estilo rústico. ¡Todo listo para un proyecto espectacular!
En dos talleres y una revisión online cerramos el proyecto, ¡qué clientes más decididos! Realizamos los planos de ejecución para llevar a cabo la obra de toda la vivienda incorporando todo lo que Ana y Eduardo nos pidieron.
LA OBRA
Ana y Eduardo querían hacer la obra sí o sí con nostras y nuestra constructora, ya que confiaban plenamente en nuestro criterio profesional y en el trabajo de nuestra constructora. Así que, ¡manos a la obra! Tiramos toda la tabiquería, cubrimos bien la zona de la terraza para que no hubiera daños a los vecinos, y en un santiamén ya estaba todo tabicado! Y aunque tuvimos algún contratiempo con la comunidad (llena de abuelitos adorables que en cuanto oyen golpes fuertes piensan que se van a quedar sin casa), tras varias reuniones con ellos y nuestro jefe de obra nos los ganamos, confiaron en nosotras y el resto fue como la seda.
Tuvimos un pequeño contratiempo en obra con el baño, ya que apareció una viga en el forjado con la que no contábamos, pero les hicimos otra propuesta similar y ¡adelante! Un elemento que le dio a más de un quebraderos de cabeza fue el alicatado de cocina. El alicatador tenía un plano de donde tenía que colocar cada azulejo, menos mal que es un crack y lo dejó perfecto, ¡un 10 para Jose! Bueno y para las arquitectas que hicieron los planos ;)
EL RESULTADO
¿Os acordáis de esa casa compartimentada y oscura del principio? Pues el resultado es todo lo contrario: luz, vistas, espacios fluidos, plantitas a tutiplé y mucha de la personalidad de sus dueños plasmada en los espacios. Y es que el método slow nunca falla: Ana y Eduardo están felices con su nuevo hogar, y nosotras ¡más todavía!
fotos: emmme studio
¿Os ha gustado este proyecto? Si fuera vuestra casa, ¿qué distribución habríais escogido? Nos encanta leer vuestros comentarios, así que ¡a teclear!