A diferencia de una mano humana, que dispone de cuatro tipos esenciales de movimiento, investigadores de tres países europeos (Alemania. Italia y Gran Bretaña) e Israel han logrado desarrollar un minirrobot capaz de ejecutar hasta trece tipos de movimientos para poder palpar, intervenir y ejecutar cualquier orden dada por el cirujano, pero con la diferencia de que se trata de una intervención mínimamente intrusiva en comparación con la cirugía tradicional.
El robot, cuyo desarrollo ha sido financiado por la Comisión Europea, no solo ejecuta con una precisión extraordinaria las ordenes del cirujano, sino que además es capaz de hacerle sentir en sus manos las mismas sensaciones que recibiría si estuviera tocando los órganos del paciente. La zona del cuerpo para la que se ha diseñado este super minirrobot es el cerebro, un órgano en el que la cirugía puede requerir una precisión extraordinaria para evitar consecuencias fatales para el enfermo.
El proyecto se denomina Robcast y consiste en un sistema para asistir al cirujano en la inserción ultraprecisa de instrumentos en el cerebro del paciente. Al paciente es necesario hacerle solo una mínima incisión en el cráneo.