Estamos oficialmente en la época navideña, lo que quiere decir que se avecinan intervalos golosos con probabilidad de gula nocturna, así como fuertes precipitaciones en forma de cava, vino y copas. ¿Qué hacer para no ganar los temidos kilos de Navidad? Os traigo unos cuantos trucos fáciles de poner en práctica...
Ya sabemos tod@s que la tarea es complicada. Hay eventos a los que no se puede faltar y con menú cerrado. Además, ¿cómo resistirse a los asados, los dulces, esas mesas tan bien puestas? Vamos a intentarlo con estos consejos.
Procura evitar los aperitivos. En general tienen bastantes calorías y nos quitan el hambre para el plato principal, que suele ser más saludable. Así que tira de un vaso de agua o una bebida ligera, además de una conversación amena, para tener las manos ocupadas y esperar al plato principal.
Apunta al marisco. Si no puedes evitar esos aperitivos o entrantes, opta por los que están basados en marisco. Tiene pocas calorías, suele estar cocinado a la plancha o cocido (más sano) y además está buenísimo.
Opta por las verduras en los acompañamientos. Mejor unas verduras salteadas que un puré o unas patatas, por ejemplo. Y con una rebanada de pan por comida es suficiente.
Quita la parte más grasa del plato principal. En el cordero, el pavo, los asados... la parte grasa es fácil de evitar. Y si puedes optar por un pescado, mejor.
Entre copa y copa, vaso de agua. El alcohol tiene muchas calorías, pero no vamos a dejar de brindar o de disfrutar de un buen vino por eso. Eso sí, toma agua entre cada copa para beber menos e hidratarte bien.
En el postre, un trocito. Y sólo uno. No vamos a pretender no tomar un dulce en toda la Navidad, porque creo que es poco realista, pero sí que podemos intentar moderarnos. Debería decir que un postre a la semana, pero como me conozco yo me pongo el límite en uno al día.
Los dulces, mejor caseros. Siempre tendrán menos conservantes, colorantes y otras sustancias que no conocemos que los envasados.
Recurre al chocolate negro. Es rico en antioxidantes y tiene menos grasa que el que tiene leche. Y nos hace comer menos dulce.
Compensa en los días siguientes. Si te has pasado en una comida, no trates de ayunar al día siguiente. Debes comer pero de manera ligera. Unas verduras, una sopa, proteína magra, fruta, infusiones... serán tus aliados.
Muévete. Baila o pasea después de la comilona. Haz algo de cardio al día siguiente. Quemar más calorías compensará las ingeridas.
Y, sobretodo, ¡disfruta! Lo más importante es vivir los buenos momentos. No te pases el tiempo contando calorías, excusándote por estar a dieta y no poder comer algunas cosas o mordiéndote las uñas para no caer en la tentación. Si te pasas un poco, no pasa nada. Ojalá todo lo malo fuera engordar un poco, ¿no?