Pruebas genéticas demuestran la utilidad de los antioxidantes para tratar el cáncer

Por Fat
Investigadores de la Universidad Thomas Jefferson en Filadelfia (Estados Unidos) han descubierto evidencias genéticas que sugieren que los fármacos antioxidantes utilizados para tratar la enfermedad pulmonar, la malaria e incluso el catarro común pueden también ayudar a prevenir y tratar el cáncer porque combaten el estrés oxidativo de las mitocondrias, un mecanismo que promueve el crecimiento tumoral. Los resultados del estudio se publican en la revista Cancer Biology & Therapy.Los científicos muestran por primera vez que la pérdida de la proteína supresora tumoral Caveolin-1 (Cav-1) induce el estrés oxidativo de las mitocondrias en el microambiente estromal, un proceso que proporciona energía a las células cancerígenas en la mayoría de tipos de cáncer de mama.
Según explica Michael P. Lisanti, responsable del estudio, ahora existen pruebas genéticas de que el estrés oxidativo mitocondrial es importante para dirigir el crecimiento tumoral. Esto significa que es necesario producir fármacos anticancerígenos que se dirijan específicamente a este tipo de estrés oxidativo. Y en la actualidad ya existen fármacos antioxidantes como suplementos dietéticos, como la N-acetil cisteina.El laboratorio de Lisanti descubrió que Cav-1 es un biomarcador que funciona como un supresor tumoral y es el indicador más fuerte de la evolución del cáncer de mama en un paciente. Los investigadores descubrieron en sus experimentos actuales que la pérdida de Cav-1 aumenta el estrés oxidativo en las mitocondrias en el tejido conectivo del tumor, aumentando tanto la masa como el volumen tumoral hasta en cuatro veces sin aumentar su entramado de vasos sanguíneos.
Los antioxidantes, como por ejemplo el betacaroteno, se han asociado con efectos reductores del cáncer, pero se desconocían los mecanismos y se carecía de evidencias genéticas. Este estudio proporciona la evidencia genética necesaria de que reducir el estrés oxidativo en el organismo disminuirá el crecimiento tumoral, señala Lisanti.Ahora que tenemos pruebas genéticas de que el estrés oxidativo y la autofagia resultante son importantes para dirigir el crecimiento tumoral, se debería reconsiderar el uso de antioxidantes e inhibidores de la autofagia como agentes anticancerígenos, añade.