El único problema son siempre los pensamientos.
Los pensamientos son como las opiniones, y no hay nada más feo que las opiniones. Las opiniones son siempre feas. Hay opiniones y opiniones: hay opiniones que hacen pensar “Ajá! sí sí sí”… otras te hacen pensar “qué?!!!, cualquiera!”. Hay opiniones más negativas o positivas que otras. Pero aunque sea una opinión positiva siempre puede desencadenar opiniones negativas.
Entiendo que algunos Maestros, o sea, seres sin problemas, dicen algo así como que los pensamientos no nos pertenecen, son entidades separadas a nosotros. Pero de algún modo nos identificamos con formas de pensamientos… “nuestros sistemas de creencias, gravados en los circuitos neuronales, crean nuestras ideas” diría un psicoterapueta cognitivista. “Los significantes están gravados, en forma de lenguaje, en nuestro inconsciente” algún psicoanalista.
Sea como sea, los pensamientos son un problema. Te distraen… a veces, si estás prestando mucha atención algunos pensamientos en el momento de entrar en tu mente generan la sensación de despejarla. Quizás algunos pensamientos lo logren, generando una sensación particular de estar presentes, como la sensación de meditar.
Pero en algún momento vuelven los pensamientos a la mente. Cuando no hay pensamientos el mundo se ve tal como es, o sea muy hermoso, muy maravilloso. Y cuando no es maravilloso, adiviná que? SIEMPRE hay pensamientos, opiniones… sobre todo juicios. Que por supuesto no tardan en generar sensaciones físicas: enojo!!! … angustia L … depresión.
Los pensamientos vienen y se van, la mayoría de las veces estamos adentro de nuestros pensamientos, nos identificamos o nos peleamos con ellos. Y a veces podemos verlos pasar sin creer en ellos. Eso es meditar y son momentos muy lindos.