Esta es una de esas preguntas que os planteáis muchas de vosotras. He conocido mujeres que lo descubrieron en el embarazo quedando fascinadas de sus beneficios.
A nivel psicológico me hizo más fuerte ese pequeño reto de superación y disciplina que mantuve a partir de las doce semanas. Estoy convencida que mi embarazo y parto fueron tan magníficos gracias a las caminatas y ejercicios que hacía en casa. María (treinta y ocho años, tras el parto de su primer hijo).
“El deporte delega en el cuerpo algunas de las virtudes más fuertes del alma: la alegría, la audacia, la paciencia.” Jean Giraudoux
Y es que para hacer deporte como nadar, bicicleta estática, gimnasia suave, pilates, yoga o sencillamente andar y andar tan solo hace falta grandes dosis de voluntad. A estas alturas el binomio salud y ejercicio físico es inseparable. Se ha demostrado que las gestantes físicamente activas se encuentran en mejores condiciones y afrontan mejor su embarazo que las gestantes sedentarias. Creo que hacer ejercicio físico, deporte en el embarazo, más que un acto de superación es una necesidad.
Entre las ventajas están:
- Disminución del dolor lumbar
- Mejora del tono muscular
- Mayor capacidad aeróbica
- Mejora la circulación venosa
- Menor duración del periodo de dilatación y del periodo expulsivo
- Mejora la calidad del sueño
- Aumenta la percepción de autoeficacia, energía y optimismo
- A nivel del bebé se habla de un aumento de la madurez cerebral debido a la exposición a estímulos vibratorios y auditivos que proporciona el ejercicio lúdico
Se puede practicar un ejercicio regular, prudente, suave y progresivo si se desea obtener sus beneficios. Hay que tener presente que la tolerancia al ejercicio, el ritmo y la duración están determinados por el nivel de entrenamiento que tuvieses antes del embarazo. Y por supuesto, ser precavida respecto al ejercicio irregular o aislado, ya que puede provocar molestias o lesiones musculares.
La intensidad deseable del ejercicio es incierta. El sentido común en cuanto al esfuerzo tolerable y el cansancio, son los que marcan el límite autoimpuesto por ti misma.
Lo más esencial es sentirte segura cuando lo estás realizando. Escuchar tu cuerpo y disfrutar de lo que haces. Hedonismo y sensatez, como cualquier tarea en la vida. Carácter, cordura, confianza y cierta dosis de prudencia, nada más.
Recomendaciones:
- Los ejercicios regulares, tres veces por semana, son preferibles a los ejercicios esporádicos
- Evitar la extenuación tras el mismo
- Cuidar la alimentación con alimentos sanos. Tomar abundantes líquidos antes y después del entrenamiento
- Evitar movimientos bruscos y de rebote
- Evitar participar en actividades competitivas
- Evitar sobrecalentamientos
En definitiva, camina y muévete igual que la vida que llevas dentro. Te sentirás mejor, te sentirás más capaz.
Aquí os dejo un pequeño texto de Robert Walser, un escritor que hizo de los paseos su seña de identidad. ¡Adelante!
http://zl.elsevier.es/es/revista/revista-andaluza-medicina-deporte-284/prescripcion-ejercicio-fisico-durante-embarazo-13150922-revision-2010?b
“Hacía buen tiempo y al caminar tuvo la sensación de que todas las cosas lo besaban. Las tiernas hojitas le parecían volar a su encuentro como un enjambre acariciador y policromo. Los transeúntes, gente normal y corriente, parecían tan hermosos que uno sentía ganas de echárseles al cuello. Feliz, paseaba su mirada por todos los jardines y el cielo abierto. ¡Qué pureza y hermosura de esas nubes blancas, frescas! ¡Y aquel azul intenso y tierno!”
El Ayudante. Robert Walser.
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