Puntos álgidos de Barcelona

Por Lolagarcia46

Barcelona, a diferencia de muchas otras ciudades europeas, tiene una orografía bastante pronunciada, lo que nos confiere varios puntos naturales para disfrutar de la ciudad desde una posición elevada. Históricamente, algunos de estos enclaves tuvieron una utilidad militar, ya que su situación permite dominar toda la ciudad, pero hoy en día nos permite fines más pacíficos.

El primer punto del que os hablaremos no es muy alto, pero tiene una especial importancia para la ciudad y su historia. Alzándose tan solo 16 metros por encima del nivel del mar, encontramos la cima del Monte Táber, centro y punto más alto de la antigua colonia romana de Barcino. Gracias a su situación y elevación, el imperio romano decidió fortificar Barcino, lo que al final de la edad antigua facilitó que esta superara a Tarraco en importancia.

Hoy en día podemos encontrar, para señalar este punto, una muela de molino, delante de una de las pocas construcciones romanas que se mantienen en Barcelona: el Templo de Augusto. Os recomiendo a todos que visitéis esta zona, que se encuentra en el barrio gótico.

El segundo punto del que os quiero hablar es, probablemente, el que mayor importancia histórica ha tenido para la ciudad de todos los que os contaré hoy. Con 173 metros de elevación sobre el nivel del mar, encontramos la cima de Montjuïc, coronada por una impresionante fortaleza militar usada hasta los tiempos de Franco.

Antiguamente, por su ubicación, ya había sido una fortaleza íbera, y desde entonces que siempre ha sido un enclave militar de importancia. El castillo actual fue construido bajo las órdenes de Felipe V , después de derrotar a las fuerzas austriacistas catalanas (el 11 de setiembre de 1714), para controlar una ciudad que consideraba propensa a insurreccionarse. Fue terminado en 1751, y desde entonces han sido numerosas las ocasiones en que los cañones de la fortaleza han apuntado hacia la ciudad, llegando a disparar contra ésta varias veces entre 1842 y 1843. En este mismo sitio se han vivido momentos importantes de la historia de Cataluña, como el fusilamiento del presidente de la generalitat Lluís Companys. En tiempos recientes, el castillo, ya desmilitarizado, fue la sede del museo militar de Barcelona, y más recientemente, del museo de la paz.

Pese a su larga tradición militar, otro de los puntos a destacar de Montjuïc és su rica vida cultural y deportiva. Fue el centro neurálgico de las actividades de las Olimpiadas de Barcelona '92, teniendo el Estadio Olímpico Lluís Companys como piedra angular, y aglutinando numerosos equipamientos deportivos. En el ámbito cultural, encontramos numerosos museos, tanto de historia como de arte, entre los que se encuentran el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) o el Museo Joan Miró. También encontramos varios teatros (Teatre Lliure, Teatre Grec, ...), y para finalizar la oferta cultural, encontramos el museo botánico de Barcelona.

Si tenéis la oportunidad, dedicadle unas cuantas horas a pasear por este monte repleto de historia y cultura, y si tenéis suerte con el horario, al pie de la montaña, podréis ver un espectáculo musical y luminoso en la fuente de Montjuïc.

El tercer y último punto es el Turó de la Rovira, elevándose 262 metros sobre el nivel del mar. De difícil accesibilidad (solo hay un pequeño autobús, de 8 plazas, que sube a la cima), está rodeado del parque del Guinardó, lo que confiere al ascenso hasta la cima una sensación de estar subiendo una montaña, más que estar dando una vuelta por en medio de una ciudad. La parte más interesante de la historia de este peñasco empieza el año 1938, cuando las tropas republicanas derriban la finca que se encontraba allí y construyen una plataforma para antiaéreos, donde instalan 4 cañones Vickers 105mm para defenderse de la aviación falangista y de la Legión Cóndor. Una vez terminada la guerra y deshabilitados los cañones, se construyó un poblado de barracas, usando las estructuras dejadas por la plataforma antiaérea. Vista la insalubridad de éstas, y con las reformas de Barcelona por los Juegos Olímpicos del 1992, se derribaron todas las barracas, y en el 2011 se terminó de adecuar la zona, con plafones informativos y con fotos históricas.

Si lo visitáis hoy en día aún se puede ver claramente donde iban cada uno de los 4 cañones, y si os fijáis veréis los azulejos en el suelo, puestos por los que construyeron sus barracas aquí. Subir andando hasta arriba es largo y cansado, pero os garantizo que si llegáis a la cima, os habrá valido la pena.

Estos tres puntos son de los más destacados de Barcelona, o simplemente para meditar un rato alejándonos del bullicio de la gran ciudad. Si alguna vez venís a hacer turismo por Barcelona, ¡no os los perdáis!