Qué causa el estrés y cómo evitarlo

Por Jmbolivar @jmbolivar

La mayoría de los métodos de organización personal parecen estar obsesionados con dos fantasmas que, aparentemente, son la fuente de todos nuestros males: la gestión del tiempo y la información. El problema de las soluciones que proponen estos métodos no es solo su poca efectividad sino que ignoran que ni el tiempo ni la información son los causantes de nuestro estrés.

El hecho es que no puedes controlar el tiempo; el tiempo simplemente está ahí. Lo qué sí puedes hacer es controlar tu atención y organizar tus acciones. ¿A qué viene entonces esta obsesión con gestionar el tiempo? Muy sencillo: el tiempo es lo primero que crea la conciencia de que existen limitaciones y lo es porque, probablemente, es la más evidente de todas ellas. En otras palabras, el tiempo que necesitarías para hacer todo lo que tienes, debes, quieres o te gustaría hacer, excede con mucho el tiempo real del que dispones.

Sin embargo, el tiempo no es la única de las limitaciones. Las circunstancias en las que te encuentras en cada momento también limitan las opciones de que dispones. Por ejemplo, durante un vuelo no puedes hacer llamadas telefónicas, ni puedes imprimir un documento mientras conduces, ni hablar con un cliente un domingo… El lugar en el que te encuentras, las herramientas que hay a tu alcance, las personas con las que estás o incluso el nivel de energía que tienes en un momento dado te limitan tanto o más que el tiempo disponible. Y, sin embargo, ningún método habla de “gestión de las circunstancias“. Bueno, ninguno no, GTD sí lo hace…

En cualquier caso, lo realmente importante es comprender que lo único que puedes gestionar eres tú y, en concreto, tu atención. Cuando te gestionas de manera completa y óptima, el concepto tiempo deja de tener sentido, desaparece. Simplemente estás haciendo las cosas que, para ti, tiene más sentido hacer en ese momento.

Pero entonces, si no es por la falta de tiempo ni el exceso de información, ¿a qué se debe el estrés? Dicen los expertos que las principales causas de estrés están relacionadas con un cambio significativo en nuestra vida. ¿Por qué? Porque todo cambio implica una modificación en las condiciones de nuestro entorno, que pasa de ser algo conocido y evidente a algo nuevo, desconocido y potencialmente peligroso.

Las cosas evidentes no estresan porque nuestro cerebro sabe qué significan, es decir, si debemos/podemos ignorarlas, si pueden sernos útiles o, por el contrario, suponer una amenaza. El problema de una bandeja de entrada con 100 mensajes sin leer no es que sean 100 mensajes, sino que desconoces su significado potencial. ¿Hay algo que debo hacer de inmediato? ¿Puedo estar perdiendo una oportunidad?

Por eso, el éxito a la hora de controlar el estrés reside en tu capacidad para convertir rápidamente y de forma natural lo no evidente en evidente de forma que puedas decidir de forma intuitiva qué hacer, y qué no hacer, en cada momento.

Eso es lo que te enseña GTD y el motivo por el que esta metodología funciona de forma tan excepcional en esta nueva realidad.