¿Qué cosmética prefieres?

Por Anahigemma @anahigemma

Cosmética  ecológica o biológica natural y la de toda la vida (o tradicional). ¿No os genera confusión tanta definición? ¿Sabrías diferenciarlas? ¿O pensáis que son más o menos todas iguales?

Aprovechando que lo “ecológico y natural” está de moda, algunas marcas han lanzado líneas de cosmética a base de productos “naturales” que pueden generar confusión entre los consumidores, ya que no todo lo natural es ecológico.

La cosmética ecológica o biológica (están englobadas en el mismo grupo) es aquella que usa ingredientes procedentes de cultivo ecológico, sin pesticidas, ni abonos químicos. No contiene ingredientes modificados genéticamente por lo que su proceso de transformación no contamina al medio ambiente. No  permite conservantes, colorantes o perfumes sintéticos, siliconas, ni aceites minerales procedentes de la petroquímica. Y tampoco se realizan experimentación con animales. (Aunque desde el 11 de marzo de 2013, La Unión Europea ha prohibido la experimentación en animales para fines cosméticos. !Y cómo me alegro de ello!)

La cosmética ecológica reúne el cumplimiento de una serie de normas, desde la elección de los ingredientes (de origen natural y producción ecológica) hasta  los métodos de elaboración utilizados. Todo el proceso completo, desde la materia prima usada hasta llegar al producto final puesto a la venta, es aprobado por mecanismos de control que certifican la calidad del producto aportándoles un distintivo o logo representativo.

La cosmética ecológica es todavía poco conocida en España, pero en países como Alemania y Francia, cosecharon sus primeros éxitos hace ya más de 20 años.

El precio de los cosméticos ecológicos es equivalente al resto de productos cosméticos.
 Su textura, perfume y aspecto son muy agradables. Y sus sustancias vegetales estimulan la capacidad natural de la piel para regenerarse por si misma, sin irritarla, ni alterarla. Un ejemplo de ello, podría ser la linea de Tamalys con Tamaline ® la sustancia activa de la raíz de la fresa de la que ya os hablé hace unos días.

La cosmética ecológica está dirigida a todos aquellos que tienen consideración de su propio cuerpo: por seguridad, ya que sus productos son  sometidos a un alto control de calidad (ideal en pieles sensibles y reactivas por su alta eficacia y ausencia de efectos nocivos) y simplicidad frente a las grandes marcas, aunque siempre hay excepciones. (Sí, no todo el monte es orégano. ya que por lo menos a mi, algunos productos “ecológicos” no me han funcionado, sino todo lo contrario. Me han engrasado la piel y me han provocado problemas de granitos o acné por el exceso de sebo en la piel, por lo que soy un poco recelosa a algunos de ellos. Mirad bien sus ingredientes y/o los certificados de calidad).

Es el caso, por ejemplo de la certificación ECOCERT que es una entidad que nos certifica si un producto es biológico y es el único medio que se tiene para asegurarnos de la trazabilidad del producto, y eso desde la materia prima hasta el producto final, pasando por el proceso de fabricación. Esta certificación es muy importante porque es un organismo de control y de certificación enmarcada por el Poder Público y la legislación europea.

Así que una de las maneras de saber si un producto es de origen natural o ecológico, tenemos que fijarnos y mirar si el producto que estamos a punto de comprar es o no natural.

En mi caso, suelo prepararme mis propias mascarillas caseras a base de frutas y aceites de todo tipo (desde aceite de coco, lino, onagra, almendra, oliva o árbol de té) y suelo tomar ideas de un libro altamente recomendable, “Cosmética natural con aceites del mundo” de Mar Gómes (Editoral Oceano Ambar) en el que nos cuenta todos los secretos de los aceites más populares de todo el mundo y nos ofrece cientos de recetas para preparar nuestros propios productos de belleza natural y casera. (Ya os hablaré de este libro en otro post).

Dentro de la cosmética natural, tendríamos que matizar entre las marcas que utilizan principios activos naturales, pero algunas veces no garantizan ni la calidad, ni la procedencia de sus componentes, y además añaden numerosos ingredientes químicos (como conservantes o agentes limpiadores), o bien el de otras marcas que utilizan ingredientes naturales de altísima calidad junto a algunos ingredientes otros de origen químico pero no oclusivos ni dañinos para la piel.

En este grupo destacaría las siguientes marcas, que por lo menos a mi me encantan y puedo dar fe de que además de cuidar, regenerar, nutrir y embellecer la piel, ni la engrasan ni provocan problemas de exceso de grasa (y viceversa para pieles secas): Pevonia, Plante System, The Lab Room y una que estaría en el limbo, ya que está considerada como cosmética tradicional ya que utiliza algunos productos químicos, pero yo la suelo incluir en el grupo de cosmética “natural” (entre comillas) por la pureza y altísima calidad de sus principios activos naturales, utilizados en un alto porcentaje de sus productos sería Dior. (Sí, dejo este tema para otro post).

Por último, la cosmética convencional que es la que suele utilizar más ingredientes químicos y sintéticos. Algunas de estos productos funcionan de maravilla, pero otros, a mi me han decepcionado por contener ingredientes como parafinas, parabenes, siliconas y sulfatos.

Cómo podéis ver, el tema puede dar mucho de sí, por lo que continuaré en otro post (o más…)

¿Y Vosotros? ¿Cuál es vuestra opinión sobre los diferentes tipos de cosmética? ¿Cuáles utilizáis?  Estaré encantada de leer vuestros comentarios!!!

 Besos desde mi blog!!!