Los científicos observaron que los patrones de metilación cambian a medida que los vertebrados envejecen. La actividad que ocurre en esta área también determina el destino de una célula, ya sea una célula de la piel, una neurona o una célula del corazón etc, las rupturas de doble cadena ocurren con frecuencia en el genoma a lo largo de la vida útil de un organismo. Estas roturas son reparadas de manera eficiente por proteínas y enzimas conocidas como modificadores de cromatina.
Estos modificadores de cromatina abandonan la isla CpG para reparar las roturas y, cuando se reubican, se producen cambios que alteran la expresión génica y, por tanto, el destino de una célula. Los científicos han sabido durante años que las especies con vidas más largas, como los humanos, los caimanes y los elefantes, tienen niveles más altos de CpG que especies como peces y roedores, El aumento de CpG ayuda a los modificadores de cromatina o RCM reubicados a regresar a casa de manera segura. También actúan como un amortiguador para mantener intacta la base del paisaje epigenético cuando los RCM se mueven para reparar las roturas de doble hebra. La densidad de la CpG puede no ofrecer la imagen total de la vida útil, según los investigadores, ya que factores ambientales y el estrés también pueden influir.