Este año se ha hablado mucho de churros y hemos tratado de poner algunos datos sobre la mesa pero mucho me temo que por mucho que gritemos lo que está pasando quienes tienen que proponer soluciones no están siquiera centrados en el tema.
Lo cierto es que tal y como se pasó de una situación de falta de reconocimiento en los baremos de méritos para bolsas u oposiciones del esfuerzo de investigar y publicar a un reconocimiento "sin filtros"; ahora se corre el riesgo de hacer el camino de vuelta cortando "por lo enfermo".
LAS BASES.
A mi me gustaría llamar la atención sobre la falta de consenso de qué es lo que se pretende recogiendo ese tipo de mérito en los documentos señalados (bolsas y OPEs). Desde mi modesto punto de vista ha de partirse de que nuestro sistema sanitario necesita que sus profesionales comprendan el valor de investigar y de conocer lo investigado pues somos por encima de todo un sistema de conocimiento.
Así pues el conocimiento es un valor para el sistema y este ha de reconocer a los profesionales que muestran capacidades en generarlo, pero ¿debe investigar todo el mundo? ¿debe reconocerse ese mérito de forma repetida en bolsas, concursos y carrera profesional?.
Quienes han sufrido en sus carnes el arduo trabajo de correr "el 3000 obstáculos" de la investigación saben que es tremendamente frustrante ver un trabajo serio y bien elaborado valorado igual que uno que hasta se ha podido comprar...
LAS REALIDADES
Lo cierto es que lo que se ha "cocido" o se está cociendo en las mesas es cuando menos un tanto extraño pues conociendo el problema que ha causado ya el incentivo perverso sobre la publicación de libros o de pósteres y comunicaciones parece que se abunda en ello por ejemplo el baremo de la OPE de Salud Castilla y León 2018:
O la propuesta de baremo que se baraja en Madrid para la carrera profesional:
LA PROPUESTA:
El grupo de bibliotecarios de BiblioMadSalud propuso el Bibliobaremo como herramienta de baremación de la producción científica en los curriculums de los profesionales con el acierto de tratar de centrar el valor de esta actividad en la publicación científica y a partir de ahí ofrecer un equilibrio sin entrar en la forma de "autenticar" las publicaciones ni su "caducidad".
LA TRISTE REALIDAD
El problema más grave es que nadie; repito NADIE se atreve a definir ni de lejos un criterio de calidad en estas actividades y así las cosas este reconocimiento de la labor investigadora deja de ser tal y pasa al lado del "incentivo" y como todo acicate en esta gran máquina de triturar que es la sociedad moderna acaba siendo pervertido.
Se pervierten las publicaciones (ahí están tanto la churrirevistas de grupetes de amigos como las editoriales depredadoras), se pervierten las ediciones de libros (es fácil comprar un ISBN), se pervierten comunicaciones y póster en eventos (hay quien hace un congreso virtual mensual), hasta se empiezan a pervertir las tesis doctorales... con graves plagios de sobre conocidos y otros que permanecen ocultos a fuerza de tener la tesis bajo 7 llaves en oscuras bibliotecas.
EL DESEO
Que en 2019 se acabe esta espiral que terminará perjudicando sin duda a los clínicos que dedicamos algo de nuestro tiempo a investigar y a difundir lo encontrado.