El dolor es molesto e incómodo, siempre y en cualquier circunstancia. Pero existen dolores más soportables que otros. En la medida en que un dolor es más o menos soportable, entonces, también aumenta o disminuye su consecuente sensación de malestar. Un malestar que no sólo es físico sino también emocional puesto que una enfermedad asusta mucho. Ante un dolor el hombre siempre tiende a protegerse, es decir, busca el reposo y la calma porque con determinados dolores es imposible llevar una rutina totalmente normal. Existen diferentes tipos de dolores que son la señal de determinado mal. En este caso, me gustaría analizar los rasgos del dolor pélvico intermenstrual que puede afectar a una mujer en algún momento de su vida.
El dolor pélvico intermenstrual se localiza de forma directa en la parte baja del abdomen. Con frecuencia, suele producirse únicamente en un lado. Se trata de un dolor recurrente, es decir, de un dolor que vuelve con regularidad cada cierto tiempo. Este dolor puede ser muy agudo y te afecta como si se hubiese producido un calambre en tu cuerpo. Un calambre molesto e incómodo. Este dolor afecta, especialmente, a aquellas mujeres que suelen tener una regla dolorosa. Este dolor pélvico intermenstrual se sufre hacia la mitad del ciclo menstrual.
Ante este tipo de dolor, conviene que te cuides más a ti misma, es decir, que te tumbes en el sofá e intentes relajarte lo máximo posible puesto que en la medida en que busques la calma también te será más fácil entrar en paz contigo misma. Pero además, durante esos días también puedes llevar una vida más calmada y sosegada. Para hacer frente a este dolor también debes hacer caso de las indicaciones de tu ginecólogo como experto profesional en esta temática. Sin duda, el dolor es molesto pero a veces, puede sobrellevarse de forma adecuada con mucho sentido del humor.