Qué es el prurito anal y cómo se trata
El prurito anal es la presencia de picores en los alrededores del ano y puede llegar a ser un problema engorroso.
Sus causas son variadas y pueden ser algunas de las siguientes:
- Presencia de hongos y bacterias en la zona afectada y alrededores.
- Ciertos componentes de la dieta, como por ejemplo cerveza, refrescos de cola, cítricos y especias.
- Parásitos varios como los llamados oxiuros.
- Toma de antibióticos que puede derivar en efectos secundarios que causan el prurito anal.
- Trastornos de la piel como la dermatitis atópica.
- Falta de higiene anal (causando que las heces queden pegadas a la piel y la irriten).
- Sobre-higiene anal.
- Sudoración excesiva en la zona anal y alrededores, como la ocasionada por el uso de ropa muy apretada o la exposición continuada a ambientes muy calurosos.
- Etc.
El tratamiento que se suele recetar en los casos del prurito anal suele resultar sencillo y consiste en, una vez acabado el proceso de defecación, llevar a cabo una metódica y concienzuda higiene íntima.
Para ello, limpiaremos el área anal con un trozo de algodón que habremos humedecido previamente en agua de grifo, o podemos optar también por un jabón natural como los de coco que venden en farmacias. Estos jabones especiales, junto con otras cremas y supositorios calmantes alivian los picores de la piel y la desinfectan.
Una vez tengamos la piel limpia y seca, se puede extender sobre ella un gel de áloe de de vera, que además de aliviar los síntomas de los picores, regenera las células afectadas de la epidermis. La excesiva humedad se combate aplicando polvos de talco sobre la zona afectada a diario.
En el plano de la vestimenta, tendremos en cuenta que no se debe usar ropa de día apretada y huiremos de tejidos totalmente sintéticos. El pijama para dormir también debe ser ligero y transpirable.