Con el aumento de la obesidad, el alto consumo de grasas y un elevado consumo de azúcares simple, las enfermedades gastrointestinales han empezado a surgir, siendo muy frecuente el reflujo gastroesofágico, el cual es muy perjudicial para los tejidos del esófago.
El reflujo gastroesofágico consiste en la devolución del contenido gástrico al esófago a través del esfínter esofágico inferior, el cual por razones como la presencia de hernia hiatal, presión intra-abdominal elevada o el retraso del vaciamiento gástrico, entre otras, se relaja y pierde su funcionalidad. El paso de éste contenido gástrico al esófago causa distintos malestares que pueden ir de la clásica acidez estomacal hasta la esofagitis, lo que genera en el tiempo lesiones e inflamaciones del tubo grastointestinal superior que pueden ser un factor predisponente para cáncer gastroesofágico.
Pero si presentas esta patología y quieres aliviarla, lo mejor es seguir una dieta que contenga las siguientes características:
• Ser baja en grasas, ya que estas retardan el vaciamiento gástrico, escogiendo grasas monoinsaturadas y poliinsaturas sobre las grasas saturadas
• Estar libre de alimentos irritantes y flatulentos como blocoli, cebolla, pimentón, coliflor y aliños como el ají y la pimienta.
• Contener alimentos con proteínas de alto valor biológico (pollo, pavo, pescados o carnes magras) las cuales ayudan a reparar los tejidos.
• Comer varias veces al día en pequeñas cantidades, ya que eso ayuda a evitar la relajación del esfínter esofágico inferior.
• Consumir los alimentos a temperatura templada, ya que esto evita la sensación de dolor y la irritación del esófago.
Es importante señalar que si el reflujo es persistente y ya lleva varias semanas o meses, lo mejor es consultar a un médico ya que él sabrá que tratamiento es el adecuado para ti